A tratar con todo de influir en el incierto y larguísmo proceso constituyente. Esa es la nueva consigna adoptada por la UDI luego de la histórica derrota que sufrió al tener que firmar el acuerdo para una nueva Constitución que reemplazará a aquella en la que trabajó Jaime Guzmán. Con sus filas divididas entre quienes están por aprobar o rechazar la primera pregunta del plebiscito de entrada en abril, y con la amenaza electoral de un José Antonio Kast jugadísimo por liderar la campaña del "No", el colectivo ha optado por replegarse a la siguiente trinchera y dar la pelea por cada voto, cada delegado y cada artículo de lo que sea que vaya a resultar de la futura Carta Magna.

Esa es más o menos la situación del partido que Jacqueline van Rysselberghe heredó de Jovino Novoa y Pablo Longueira promediando la quinta semana de la crisis y menos de una después de la dolorosa firma del pacto en la sede santiaguina Congreso, la madrugada del jueves pasado. Después de que la presidenta gremialista dijera que votará "No", y que el líder de su disidencia, Jaime Belollio, que votará "Sí", se hizo imposible fijar una línea y se decretó una tácita "libertad de acción", remarcada en las reuniones de directiva y comisión política de ayer. En vez de enredarse en eso, el alto mando UDI ahora anuncia que ha iniciado la búsqueda de potenciales candidatos para la convención mixta o para la convención constituyente, según lo que resulte del referéndum de cinco meses más.

Todo esto, sin que todavía se sepa la mayoría de las reglas del juego. Las primeras habrán de salir de los lineamientos que resuelva una denominada "comisión técnica" que aún no se designa. Eso, sin contar lo que definan los proyectos de ley y la reforma constitucional que habilitará todo este proceso, que La Moneda debe enviar al Parlamento.

Pero aunque sea a ciegas jurídicamente hablando, la UDI -según cuentan en su directiva y sus parlamentarios- ha elegido apostar a tratar de influir en lo que venga. Para la comisión técnica, el primer paso, podrían presentar el nombre de su ex presidente Ernesto Silva (2014-2015), y podrían sumar a otros no militantes, como los constitucionalistas Sebastián Soto y Arturo Fermandois, que han estado trabajando con La Moneda. Dicho grupo será paritario entre oficialismo y oposición y podría tener hasta seis integrantes.

En paralelo, la mesa iniciará una suerte de proceso de "educación cívica", para instalar la idea de que un cambio constitucional "no va a cambiar las condiciones sociales de los chilenos". Pero lo más importante, dice Van Rysselberghe, es que "si bien hay libertad de acción para quienes voten que sí y quienes que no, e independiente del resultado del plebiscito, vamos a participar igual. Y desde el día uno comenzamos a buscar candidatos para que sean constituyentes. Ya hay varios interesados".

Lo mismo dice el ex presidente gremialista Patricio Melero: "Resuelta la opción que los chilenos prefieran y si el resultado es que habrá necesidad de escoger a los constituyentes, la UDI se abocará de lleno a inscribir los mejores candidatos para que contribuyan a redactar una Constitución que preserve los ejes fundamentales de una sociedad libre, con un Estado subsidiario y democrático, y los ejes que han permitido la estabilidad del país".

También Javier Macaya, rival de la senadora en las últimas elecciones, alerta que tienen "que ponerse a trabajar inmediatamente en la definición de candidatos, en la selección de personas que puedan interpretar lo que son las sensibilidades de nuestro partido y la defensa de las cosas que nos parecen correctas en la actual Constitución en el probable caso de que triunfe la opción sí".

Tal como cuentan en el antes conocido como Partido Popular, el diputado relata que "este trabajo ya comenzó. Ayer estuvimos en reunión de directiva y la UDI ya está definiendo candidatos, está mirando quiénes son las personas que pueden asumir desafíos desde distintos mundos; acá no hay inhabilidad para funcionarios públicos, para alcaldes, para concejales, incluso para parlamentarios, así que es una discusión que empieza ahora, pero que tenemos que tener absolutamente adelantada una vez que se conozca el resultado del plebiscito de abril".

A asegurar el tercio

Según lo que determine la votación de abril, se conformará un nuevo cuerpo que será totalmente electo, probablemente de 155 personas, o uno mixto entre delegados y parlamentarios. A la UDI le conviene apuntar a asegurar por encima del piso del tercio de sus integrantes para poder ejercer el poder de veto que tanto molesta en la oposición.

Melero lo explica bien claro diciendo que "es legítimo que haya personas que quieran mantener el actual texto constitucional y otras que no, y otras que crean que se pueda modificar el texto, pero asegurando en la elección al menos el tercio equivalente que nos permita una Constitución más bien moderada y no maximalista como pretenden algunos sectores de izquierda y extrema izquierda pretenden".

E insiste en que "no solo la UDI, sino que Chile Vamos tiene que enfrentar unido eso, dado que el esquema que se está planteando es un sistema proporcional, muy semejante a la elección de diputados. Esa unión es la que nos permite, en listados bien pensados, augurar que obtengamos los quórums necesarios para tener una Constitución moderada".

Van Rysselberghe, de hecho, subraya con destacador "que todo el bloque debería ir en una sola lista, y que nuestras ideas no son tan distintas a las que defiende Evópoli en esto".

Eso sí, las reglas de la elección tampoco están definidas en lo que toca a las cuotas de género, pueblos orginarios, ni tampoco equilibrio de condiciones entre candidatos indenpendientes e inscritos por partido. Y para qué decir de que no ha quedado prístinamente definido qué pasará en los casos que no haya acuerdo por el quórum de 2/3, ya que en la UDI hay voces que siguen rechazando la tesis de la "hoja en blanco".

¿Amenaza de Kast?

"Nosotros vamos a liderar la campaña del No, porque creemos que es una tremenda oportunidad para mostrar los éxitos y logros de los últimos 40 años, y concentrarnos en los temas pendientes y en las injusticias aún presentes. Será una campaña positiva y propositiva, que buscará demostrar que la Constitución le sirve a Chile y que necesitamos hacer muchos cambios que no requieren de un cambio constitucional y que son prioridad para las personas", escribió José Antonio Kast en una columna publicada por El Líbero.

¿Cuánto puede perder la UDI a manos de su ex secretario general de acá el día del plebiscito? Van Rysselberghe no ha querido disputarse con él delante de las cámaras el rechazo a una nueva Constitución. Esto no es como cuando rivalizaban por la foto con Jair Bolsonaro. "No va a haber esa competencia. No solo en la UDI, sino en los otros partidos veo gente que también creen en la opción del No", justifica Melero.

Kast, como sea, apostará fuerte a los meses que vienen. Está por presentar las firmas para inscribir su partido en el Servel en cinco regiones, y al jugarse por el "No" busca capitalizar la votación que obtenga esa alternativa. El guarismo final de abril será su punto de partida para su campaña presidencial.

Esa es otra razón para que en su ex partido traten de no competirle, al menos oficialmente, en esa pista. Seguro, dicen en la UDI, muchos harán campaña por el "No", y que quienes apoyan el "Sí" -como Jaime Bellolio- la tendrán difícil para hacer lo propio si el votante gremialista se indigna con eso. Para qué decir, advierten entre los diputados, con los efectos sobre la campaña municipal. "Es legítimo que algunos quieran hacer una activa campaña por cualquiera de las dos opciones. Nadie tiene que censurarse, en la medida de que haya una convivencia razonable", dice Bellolio.

En este cuadro, las diputadas y diputados UDI conversarán a fondo este asunto, partiendo por quiénes apoyan cuál opción de cara al plebiscito, hoy martes, en su almuerzo de bancada y en un segundo encuentro ya entrada la noche. Algunos ya han anunciado qué votarán, otros se han abstenido a la espera de una decisión colectiva. La jefa del partido insiste en que "no hay ni órdenes de partido, ni buenos ni malos, sino que hay opiniones en relación a un tema que es debatible".

"En lo que no vamos a tener diferencias", dice la senadora Ena von Baer, "que es el fondo, es en los valores que vamos a defender. Por ejemplo, la libertad de los padres de elegir el colegio de sus hijos, toda la UDI va a defender esa libertad, la pregunta es si la defendemos en la Constitución actual o si es que la defendemos dentro de una comisión constituyente".

La amenaza de Kast es uno de los asuntos críticos que se comentaron aquella larga tarde y noche de jueves en la oficina del senador UDI Juan Antonio Coloma, cuando Van Rysselberghe sinceró que votará que "No" y Bellolio que votará que "Sí". En ese momento, Von Baer les dijo que así se iba a dividir el partido, a lo que el diputado le dijo que eso no iba a pasar. La cuestión, convinieron, es que con libertad de acción y todo, el colectivo no puede dejar de representar al potencial votante de Kast durante la teleserie constitucional que viene.

"Pero si partimos de un acuerdo común, el plebiscito no nos quebrará", hizo ver uno de los presentes. A esas alturas los gremialistas ya habían recibido reclamos y quejas de variado calibre por ceder y claudicar. "Cuando tomamos esta decisión sabíamos que nuestro electorado nos iba  querer matar", cierra uno de los involucrados en el pacto.

Continuará.