"Muchos en mi sector me decían: "¡Para qué te metes en esto! No está en el programa". Claro que no está en el programa de gobierno, pero el terremoto tampoco estaba, y no porque no estaba en el programa no se va a abordar".

Así confrontó el Presidente Sebastián Piñera esta mañana, por primera vez, el reproche que tanto la UDI como parlamentarios de RN le han hecho por plantear una postura clara respecto del proyecto de ley de Identidad de Género, que tanta división genera en Chile Vamos.

En el matinal Bienvenidos de Canal 13, el Mandatario reafirmó que "muchos de nuestro sector me decían: 'Como estamos divididos, Presidente, no se meta'. Yo digo: No, un Presidente no puede eludir un tema por no querer provocar un problema. Yo he expresado franca y honestamente lo que creo que es mejor para los chilenos. Y por eso el gobierno tomó posición y está buscando un acuerdo". Y en alusión a la postura de la timonel UDI, Jacqueline van Rysselberghe, añadió: "Hay quienes dicen que nadie puede hacer nada hasta los 18 años, incluso amenazan, ¿cierto?… Otros dicen que todos pueden hacer lo que quieran cuando quieran. Hemos buscando una solución que nos parece la más sabia, la más prudente, pensando en el bienestar y la calidad de vida de todos los chilenos".

Así, defendió la postura planteada por el Ejecutivo ante la comisión mixta que discute la iniciativa, que abre la opción para que menores de entre 14 y 17 años puedan acceder a un cambio de identidad registral con el consentimiento de sus padres y la mediación de un juez de familia.

Tanto Van Rysselberghe como parlamentarios evangélicos de RN han acusado en varias ocasiones que éste no era un tema contenido en el programa de gobierno de Piñera, apuntando al rol que habría tenido el ministro de la Segpres, Gonzalo Blumel (Evópoli), en ello. En la UDI recuerdan como hito la entrevista que Blumel dio el 5 de marzo, días antes del cambio de mando y horas después de que la película "Una Mujer Fantástica" . "Hay una necesidad de legislar en esa materia, sobre todo porque el cambio de género registral es engorroso y no está a la altura de lo que Chile necesita", dijo esa vez en radio Duna.

¿Pero cuándo se convenció el Mandatario de jugarse en el tema? Durante la campaña presidencial de 2017, la identidad de género fue un tópico recurrente en los debates. Polémica fue, por ejemplo, la intervención que el propio Piñera tuvo en el debate televisivo de diciembre, cuando aseguró que "el género no puede ser como una camisa que se cambia todos los días" y que "en muchos casos la disforia de género se corrige con la edad". Según recuerdan miembros del entonces comando, Piñera leyó y se reunió con especialistas en el tema, para formarse una opinión. "Es una decisión colectiva, del equipo, y una convicción del Presidente", señala una alta fuente de La Moneda.

En enero de 2018, cuando ya se sabía que entraría a La Moneda, la iniciativa fue discutida en su segundo trámite por la Cámara de Diputados. Ese mes, tras una reunión que Piñera sostuvo con las dirigencias de los partidos el 3 de enero en Apoquindo 3000, el presidente de Evópoli, Francisco Undurraga, señaló que se había acordado dejar en libertad de acción a los partidos para votar los temas "valóricos". Esa misma semana, los diputados Felipe Kast (Evópoli) y Jaime Bellolio (UDI) votaron a favor de incluir a menores de edad en la ley, algo que había sido rechazado por los senadores y la mayoría de la coalición. La postura de Kast fue la misma que hoy tiene el Gobierno: que menores entre 14 y 17 años puedan acceder a un cambio de identidad registral, con acuerdo de sus padres.

Según se afirma en el comité político, el Mandatario tenía poco espacio para no inmiscuirse en el tema. "Ojalá este tema se hubiera despejado en la legislatura anterior, el problema es que el gobierno anterior dejó la mesa puesta. Pero nosotros no fuimos responsables de los tiempos ni de lo que pasó con la película. Esto estaba en la comisión mixta, y va a salir con o sin nosotros", afirma un ministro.

Ante ese escenario, se afirma en La Moneda, se analizaron todas las opciones posibles, una de las cuales era abstenerse de participar y eventualmente vetar la ley, o intentar fijar una línea para buscar un acuerdo. El punto, enfatizan en el comité político, es que "se compartía la idea de que hay un problema en la legislación que es necesario abordar".

En Palacio relatan que estaba la alternativa "de no meterse, no conducir ni tener opinión, y asumir el resultado que puede ser una ley muy mala. Ahí lo que se discutió era que no correspondía pedir al gobierno, entonces, que corrigiera la ley con un veto". Ante eso, finalmente la estrategia habría sido anticipar los escenarios y plantear que era mejor tener una postura clara ante la oportunidad que se presentaba. Era mejor subirse al carro y liderar una postura más favorable a Chile Vamos, que dejar que la discusión entre parlamentarios llevara a un resultado peor para el ideario oficialista.

Los hechos muestran que la definición ya estaba tomada para la primera semana de Gobierno. En esos días, el presidente mandató al titular de Justicia, Hernán Larraín, a conducir el debate de la ley de Identidad de Género. Larraín hizo un preproyecto que fue afinado y aceptado por el Mandatario, el que se convirtió en la propuesta a negociar e impulsar por el Gobierno, y que en sus líneas generales es el mismo que ha defendido el Ejecutivo en la comisión mixta.