Esta semana el laboratorio Pfizer BioNTech solicitó al Instituto de Salud Pública ampliar la autorización de uso de emergencia de su vacuna contra el Covid-19 y hacerla extensiva a menores de entre 12 y 15 años. Pero esta iniciativa -que la entidad regulatoria resolverá antes del miércoles- no es la única orientada a los más pequeños.

En el caso de Sinovac -hasta ahora, la vacuna más ampliamente usada en el país- la Universidad Católica, entidad que ha sido el nexo durante la pandemia con el laboratorio chino, ya anunció que buscan reclutar a cinco mil niños de entre tres y 17 años para ser parte de un estudio clínico que pueda demostrar la seguridad y eficacia del fármaco en este rango etario.

El rector de la casa de estudios, Ignacio Sánchez, explica que, en total, las pruebas clínicas que deben realizarse tendrían un costo de 10 millones de dólares.

“Cerca de siete millones (de dólares) serán financiados por el laboratorio Sinovac y ya tenemos un aporte de un millón de dólares por parte de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC)”, desglosa el médico.

Ahora, está sobre la mesa la opción de que el Estado aporte con los costos restantes que requiere la iniciativa.

Según fuentes de gobierno, esta opción está siendo explorada por Hacienda y existe la intención del Ejecutivo de ser partícipe. De hecho, para este viernes (ayer) estaba programada una reunión del ministro Rodrigo Cerda junto a representantes de la Universidad Católica y del Ministerio de Salud, la que debió suspenderse por motivos de agenda.

Con todo, y a fines de abril, el ministro de Salud, Enrique Paris, señaló en un conversatorio con la UC que desde la cartera sanitaria “vamos a apoyar cualquier estudio en pacientes menores de edad y vamos a apoyar firmemente el estudio de la UC con Sinovac en menores”.

Reuters

Vacunar durante el verano

De obtenerse el financiamiento en los plazos que se han programado, Sánchez asegura que las condiciones están listas para dar curso al estudio.

“El protocolo está escrito para ser presentado a los comités de ética y para que posteriormente sea autorizado por el ISP. Y si todo anda bien, se podría partir (las pruebas) el 1 de agosto. Si partimos en esa fecha, en noviembre o diciembre podríamos comenzar a tener los primeros resultados. En el caso de Pfizer, sabemos que la tendrían aprobada para adolescentes entre 12 y 15 años. En ese caso, estamos viendo que este estudio significaría cubrir a toda la población escolar”, aborda.

Ignacio Sánchez, rector de la PUC. Foto: Agenciauno

En sus palabras, el rector señala que el ideal es “poder comenzar a vacunar durante el verano”.

El diputado José Miguel Castro (RN), autor del proyecto de ley que fija las condiciones para volver a producir vacunas en Chile, además de otro proyecto que facilita la realización de ensayos clínicos en el país, señala que “para mí es fundamental darle agilidad a este estudio, único en el mundo, con más de cinco mil niños, dado que tenemos una buena legislación, además de grandes investigadores, como el doctor Alexis Kalergis, quien ya lideró el estudio de Sinovac en adultos. Como parlamentario estoy tratando de juntar las distintas piezas de este puzzle: a Salud, Hacienda, que pueda colaborar o hacer de nexo para conseguir financiamiento rápido y oportuno. Esta vacunación en niños puede cambiarle la cara a cómo superamos la pandemia, porque hasta ahora no se pueden vacunar”.

Hay, también, otro hito que apremia la realización del estudio: cumplir con las fechas planteadas, y de tener éxito el ensayo, permitiría que los niños comenzaran el año académico 2022 inmunizados, de vuelta en las aulas.

Nuevos estudios

El infectólogo Miguel O’Ryan -quien lidera el estudio de la vacuna Janssen (Johnson & Johnson) en el país, señala que existen conversaciones con otros laboratorios que también han demostrado su interés en aplicar pruebas clínicas en menores en el país. “Se han aproximado varios laboratorios, pero ninguno se ha confirmado aún”, asevera.

Así, O’Ryan comenta que a nivel mundial “la estrategia de todos los desarrolladores de vacunas es comenzar a testear en niños, pues los ensayos clínicos van a ser necesarios, se realizan hace décadas y son la única manera de poder utilizar medicamentos en dicha población”.

Sobre el manejo ético, distinto al de las pruebas en adultos, explica que en Chile “se requiere del consentimiento de los padres. Y cuando se trabaja con niños o niñas por sobre los ocho años, también se les consulta su consentimiento”.