La historia de la abeja de Wallace comienza en 1859 cuando el naturista, Alfred Russel Wallace, encontró una sola hembra en las selvas de Indonesia. Desde ese año, el ejemplar no se volvió a ver hasta 122 años después donde lograron fotografiarla. El 25 de enero de 2019, un grupo conservacionistas volvió a encontrar a la enorme abeja que se creía extinta.

Las abejas de Wallace pueden llegar a medir 39 milímetros de largo con una cabeza de 13 milímetros de ancho que contiene grandes mandíbulas.