Se trata de uno de los volcanes más activos de América Latina. En su historia se recuerda una gran erupción en 1974 que devastó granjas cercanas pero que no registró muertes. Sin ir más lejos, otra erupción en febrero de este año expulsó cenizas generando columnas de hasta 1,7 km hacia al cielo.

No obstante, lo ocurrido este domingo fue en una escala mucho mayor. Esta erupción se transforma en el evento más mortal de Guatemala desde 1902, cuando la explosión del volcán Santa María mató a miles de personas.

El Instituto Nacional de Vulcanología de Guatemala, Insivumeh, dijo que el último flujo piroclástico se registró a las 18:45 hora local del domingo. Sin embargo, advirtió a la gente que se mantenga alejada de los barrancos afectados ya que existe la posibilidad de una "reactivación"; también llamó la atención sobre la posibilidad de lahares, que es cuando el agua se mezcla con depósitos volcánicos y forman un flujo destructivo de escombros, lo que podría afectar a aldeas del sur, suroeste y sudeste.