SEGWAY / 2019
Si pesas menos de 100 kg, mides de 1,30 a 2 m y lo tuyo no es la tracción humana y el pedaleo vigoroso, uno de estos pequeños transportes puede facilitarte bastante la vida.
El Ninebot S Mini Segway recorre hasta aproximadamente 22 km y alcanza una velocidad de 16 km/h. Es más liviano y pequeño que una bici, 12,8 kg, o sea fácil de guardar/estacionar.
Las ruedas de 10.5 pulgadas son bastante gruesas y robustas; están pensadas para el terreno urbano con sus baches e irregularidades, incluso para suelos más pedregosos ya que su motor de 1.600 watts es suficiente para hacerte avanzar en ese tipo de superficies.
Como sus hermanos mayores, la tecnología detrás del Ninebot es el ‘autobalance’, que es la gracia de estos transportes personales de Segway que debutaron en 2001.
Avanzar, doblar, parar, lo genera el propio cuerpo al inclinarse.
Cuando te desequilibras, explica la firma que los produce, no te caes de bruces porque el líquido en tu oído al moverse le indica a tu cerebro el desbalance y entonces tenderás a avanzar la pierna, el pie, para evitar caerte.
Esto funciona con el mismo principio que el cuerpo humano, “excepto que en vez de pies tiene ruedas; un motor en vez de músculos; un microprocesador en vez de cerebro y sensores de balance en lugar del sentido del equilibrio del oído”.
Cuando te inclinas, el sensor lo detecta y el microprocesador hará que se muevan las ruedas para mantenerte en equilibrio. ¡Genial!
Lo interesante detrás de esta tecnología es que cambia el paradigma del modo en que nos movemos. No es solo desplazarse sin contaminar, es pura mimesis de la naturaleza.
En el origen de todo esto está la iBOT, la silla de ruedas con autobalance que patentó Dean Kamen, fundador de Segway, por 1997. Luego vendrían los 2 ruedas a inicios de este siglo nuevo y también otros inventos como la silla de ruedas vertical de UpRide. Otra gran invención que le vuelve la dignidad a la persona al permitirle pararse y mirar el mundo y a los otros desde arriba. El principio es el mismo: los sistemas de giroscopios y de autoequilibrio.
Ya lo sabemos, solo cosas buenas pueden pasar cuando se trata de imitar a madre Natura.