En 2015 el diseñador Duanne Contreras comenzó a desarrollar la idea para una nueva línea de juguetes que se enfocara en la identidad nacional, al mismo tiempo que contribuyera al aprendizaje de los niños. Ahora, varios años y cambios después, dicha idea finalmente se materializó en Hoowin, una nueva marca que Contreras acaba de lanzar junto a su socio, Ignacio Pino.

Hoowin se presenta como una marca de "juguetes interactivos vivos y de colección, que buscan estimular los valores de identidad y fomentar el respeto por los pueblos ancestrales a través de la comprensión emocional de los imaginarios".

Una propuesta que Contreras explica señalando que desde un principio las intenciones de Hoowin eran "crear una marca de juguetes relatores de lenguas nativas, propios de cada zona del país y aspirar a unir Chile con las diferentes opciones que fuéramos desarrollando en el camino".

En ese sentido, Hoowin acompañará a las versiones físicas de sus juguetes con un sitio web- disponible en inglés y español- que aportará las características de las cinco variedades de espíritus disponibles hasta ahora, además de dar un relato de todo el proceso y datos relevantes en la imaginería del pueblo Selk'nam, que es el que inspira a la primeras figuras.

Así, dentro de los juguetes presentados por Hoowin se encuentran cinco variedades de espíritus del pueblo Selk'nam: Kotaix, el juguetón; Ulen, el más rápido; Tanu, la sabia; Matan, el bailarín y Xalpen, la temperamental.

Estos espíritus están disponibles en el sitio web de Hoowin a un valor de preventa de $25 mil pesos chilenos, y serán lanzados en mayo de la mano de una app con realidad aumentada para dispositivos móviles.

Según explican, la demo del juego será gratuito y se podrá acceder a él mediante un código QR escaneable en el empaque de las figuras. En ese panorama, el  "mundo de Hoowin, permitirá al usuario explotar los diferentes hábitats de los espíritus, así como interactuar con ellos y, en el futuro, desbloquear otros 'mundos' fuera de la Patagonia, como los yaganes".

"Nos diferenciamos de los juguetes extranjeros que compramos en un mall y que aprobamos sin premeditar luego de sentirnos entretenidos por tendencias que a la larga han naturalizado el poco interés, porque buscamos que las y los niños se conecten respetuosamente con el conocimiento, ya que los juguetes funcionan tan bien como cualquier otro medio de aprendizaje", comentó Contreras mediante un comunicado.