Sin duda que el Aquaman de Jason Momoa fue uno de los personajes que más dio que hablar en Justice League. No solo porque se trataba del siguiente personaje del grupo que tendría su propia cinta sino también por la particular personalidad con la que fue concebido: un tipo rudo y hasta hostil que casi llega a los golpes cuando Bruce Wayne lo encuentra.

Una personalidad muy acorde a la naturaleza oscura del DCEU, pero que al actor particularmente no lo convencía mucho, sobre todo sabiendo que de esa primera impresión con la audiencia dependería mucho el éxito de su cinta. En particular, a Momoa no le gustaba que Arthur Curry estuviese tan gruñón todo el tiempo.

En una entrevista con Entertainment Weekly, explicó lo siguiente:

"Una de mis preocupaciones cuando hicimos Justice League era que la gente pensaría que era demasiado gruñón. Pero la idea que Zack (Snyder) y yo hablamos es que Justice League sería solo como media hora de la vida de este personaje. Así que tuve que seguir con ese personaje sabiendo que en Aquaman podemos explicar por qué el es de la manera que es. O sea, yo ni siquiera me convierto en Aquaman sino hasta 10 minutos dentro de la película", comentó el actor.

A Jason Momoa le interesa mostrar la profundidad de un personaje que ríe, tiene hijos y una esposa, y probablemente el público también le interesaría ver esa historia por sobre la vista en Justice League.