Para no pasar rabias en el mundo de los celulares, hay que tomar una opción muy fácil: par o impar. Y con eso nos referimos a qué tipo de números debemos estar atentos cuando una compañía lanza uno de sus teléfonos. La razón de esto, es muy sencilla: la innovación que hay de un año a otro realmente no es tanto, como si nos fijamos en lo que pasa cada dos años.

Y los Galaxy S9 y S9+ de Samsung, son la última prueba necesaria para esta gran teoría, ya que los cambios que tiene el teléfono con respecto al del año anterior, en realidad, no son tantos. Y en cierta medida, hay que dejar a la industria que repose. Es imposible reinventar la rueda cada año y por eso es que siempre nos encontramos con ese patrón repetido de encontrarnos con un teléfono nuevo y al año siguiente, simplemente una mejora.

El 2017 para Samsung fue particularmente fructífero, con el lanzamiento del Galaxy S8, la gran reinvención de la marca, con varios movimientos bien agresivos, como la eliminación del botón de home, la pantalla prácticamente sin bordes Infinity Display y la pantalla curva como diseño por defecto. Fue una evolución hacia el camino correcto, hacia uno que hoy es un estándar de la industria.

La línea S9 sigue exactamente la misma fórmula del año pasado. A simple vista, lucen como si fueran el mismo teléfono por delante, aunque por detrás se notan cambios, sobre todo en el lugar en el que está el lector de huellas y en el caso del S9+, por ser el primero de la línea en tener doble cámara.

Al tomarlos en la mano, se sienten mucho más resistentes y cómodos que los modelos del año pasado, con las curvas de la pantalla sirviendo muy bien para adaptarse a la posición de la mano. El S9, de 5,8 pulgadas, se siente decididamente más pequeño que el s9+, aunque la diferencia sea sólo de 0,4 pulgadas entre ellos (5,8 y 6,2 respectivamente), por lo que las manos grandes y dedos largos no tendrán problemas en acostumbrarse al S9+.

Los teléfonos también heredan algunas funciones del Galaxy Note 8, como el escaner facial y de iris para desbloquear el equipo, el cual funciona, aunque en mi experiencia, siento que juega en contra de la duración de la batería. Al menos puedo decir que funciona usando lentes, pero más allá de una novedad simpática, prefiero seguir usando la huella o el patrón de la pantalla. Llámenme anticuado si quieren.

La batería es quizás una de las grandes diferencias entre ambos equipos: el Galaxy S9 sólo viene con 3.000 mAh (los mismos del S8) y la verdad es que no se me hicieron suficientes. Si o si tuve que conectarlos al menos unos minutos durante el día para poder llegar a casa tranquilo, aunque por suerte vienen con carga rápida. El S9+ en cambio, tiene 3.500 mAh, los que dan un empujoncito extra para no preocuparse de enchufarlo durante el día, siempre y cuando no se te ocurra jugar cosas demasiado avanzadas. Pero para un uso común -no un maniático como yo- va a llegar sin problemas, aunque no podría decir lo mismo del S9.

Y así es como llegamos a la cámara, el foco principal de innovación de este teléfono. En el caso del S9+, como dijimos, es la primera vez que en esta línea se tienen dos cámaras traseras, lo cual trae una serie de ventajas con respecto a los modelos anteriores. Pero partamos con las semejanzas. Tanto el S9 como el S9+ tienen las mismas cámaras principales: una frontal de 8 MP y una trasera de 12 MP, que viene con la misma tecnología del año pasado, pero mejorada, en particular por un sistema de apertura dual, que gracias a un sistema mecánico permite regular la apertura del lente, pasando de uno de f/1,5 a uno de f/2,4 al instante. Lo que esto significa es más que nada dar más opciones a la hora de tomar imágenes en entornos de poca luz, pero también para hacer mejor esos efectos de enfoque y desenfoque que tanto le gustan a la gente.

Si la cámara principal del S9 y el S9+ es la misma, entonces ¿cuál es el aporte de la segunda cámara del S9+? El segundo lente del teléfono es un telefoto, con un zoom óptico de 2x, lo que permtie hacer acercamientos sin perder la calidad de la imagen.

Acá, por ejemplo, tenemos una prueba tomada de noche hacia un reconocido edificio de la capital. La cámara estuvo en el mismo lugar y lo único que cambió fue pasar del lente principal al teleobjetivo, lo que permitió hace un zoom sin perder la calidad y en condiciones de poca luz.

La original.

El zoom.

Ahora, el mismo Zoom pero con la cámara del S9, que no tiene el acercamiento óptico, se ve así, mucho menos claro y con colores deslavados:

Ahora, en condiciones normales, ambas cámaras se comportan muy bien, dejando de lado eso si los tonos demasiado saturados que tenían las antiguas cámaras de Samsung, por un tono mucho más real y de calidad. Acá, por ejemplo, les dejamos nuestra ya clásica prueba de los amiibos para que vean como retrata los colores y los detalles, así como el desenfoque logrado sin necesidad de un modo retrato.

Cabe destacar que si te gustan las fotos de modo retrato, el teléfono no lo incluye como tal, sino que un sucedáneo llamado enfoque dinámico, que no funciona tan bien como uno cree. En realidad, esta cámara funciona mucho mejor jugando con los controles Pro y controlando la apertura, aunque el modo automático tiene la gracia de ser bastante rápido.

La siguiente, por ejemplo, es una foto nocturna donde, literalmente, la cámara puede mostrar más de lo que uno ve con el ojo descubierto, y sin necesidad de trípode.

Esta, en cambio, modificando un poco los parámetros, muestra realmente como veíamos la escena.

Y así se ven las selfies:

Resumiendo, si lo tuyo son las selfies y las fotos de día, sin acercamiento, la cámara del S9 te basta y te sobra. Pero si realmente te atrae la opción de hacer fotos con acercamientos o con poca luz, entonces la del S9+ será tu guía, pero ambas funcionarán muy bien para tu Instagram.

Otras de las novedades incluídas en ambas cámaras es el nuevo modo de cámara lenta, o Slow-Mo, que en realidad es una cámara ultra rápida, capaz de tomar videos a 960 cuadros por segundo, los que luego se muestran de una manera bien vistosa. OJO, como pueden apreciar en el ejemplo, al ser una cámara tan rápida, la cantidad de luz que entra es mucho menor a lo tradicional, por lo que todo se oscurece, asi que lo ideal es usarla en exteriores o con harta luz. Como somos extremos, quisimos probarla con algo de fuego.

https://www.instagram.com/p/Bg4rxIUAkuj/

El efecto se ve bien, funciona y además, se activa de manera automática cuando el celular detecta un movimiento frente a la cámara, lo cual sirve precisamente para no tener que preocuparse de qué grabar, además de tener una suerte de "efecto sorpresa", ya que nunca sabrás como se ve el video hasta el final. Una función entretenida, pero no indispensable, la cual veo utilizando más como un truco que como algo que me motive a comprar el celular.

Y hablando de trucos baratos, llegamos a los Emojis de Realidad Aumentada, una de las funciones más extrañas del celular. Como respuesta a los Animojis de Apple, el teléfono viene con una función que permite crear un emoji basado en ti utilizando sólo una selfie.

Acá está el mío, por ejemplo:

Los Animojis no se parecen mucho a uno, en realidad, ya que las capacidades para editarlos son bastante reducidas: algunos peinados, colocarles lentes, algo de ropa y listo. Si no te gustó la forma de los ojos, la nariz o algo más, bueno, mala suerte, trata de intentarlo de nuevo.

Lo más extraño, eso si, es intentar hacer videos con tu emoji, lo cual puede terminar en cosas tan graciosas (o tenebrosas) como estas. El problema de los Emojis es que sólo reconocen tu rostro, si se pudiera, además, reconocer tus manos, por ejemplo, quizás podrían haber sido todo un hit. Tarea pendiente para el otro año.

https://www.instagram.com/p/BgtZP90giTv/?taken-by=donfilofio

Otros detalles para comentar, son que el equipo incluye puerto para audífonos tradicionales, lo que siempre se agradece, pero también incluye ese molesto botón de Bixby, justo al lado de las teclas del volumen y que uno siempre tiende a confundir con el botón de apagado o de bloqueo. No, Bixby no va a ser mejor que el Asistente de Google y mucho menos en Chile donde la mayor parte de sus funciones no operan.

Tal como les dije al principio, tu necesidad por el Galaxy S9 dependerá totalmente de si optaste por los pares o los impares. Pasar de un S7 a un S9, por ejemplo, es un cambio total de 180 grados que simplemente cambiará todo lo que piensas sobre el diseño y usabilidad de Samsung en los últimos años. Es simplemente así de bueno. Y la versión para escoger dependerá de tanto tu bolsillo como el cómo quieras usarlo. Con sus 6 GB de RAM y su batería de mayor duración, el S9+ tiene la ventaja de ser un equipo que podría durar mucho más tiempo sin necesitar reparaciones, considerando que es una inversión que al menos, debería durarte unos dos años.

Pero gran parte de estos cambios ya los vimos venir con la línea S8 y S8+, por lo que si ya cuentas con uno de esos equipos, la verdad es que los incentivos para cambiarse no son demasiados. Las mejoras en la cámara y los nuevos modos están, pero el S8, siento que ya era un teléfono lo suficientemente robusto como para lanzarse a la vida por este teléfono. De todas formas, es una demostración de que la apuesta de Samsung resultó y que claramente la guerra de los celulares se gana hoy con la cámara.