Si los celulares fuesen comida, Xiaomi sería como la picada de barrio que pocos conocen, es muy barata pero que a todos deja satisfecho.

La clave está principalmente en sus bajos precios y alto rendimiento en comparación a una industria que ya no teme en cobrar más de un millón de pesos por sus equipos. Xiaomi en cambio siempre ha sido una compañía de precios justos y rendimientos apropiados.

El problema, es que como compañía pequeña y relativamente nueva, la distribución de la marca no era la ideal, sobre todo en países alejados de su China natal. Xiaomi entonces se convirtió en una marca del mercado gris: un regalón de los importadores o de sitios de compra directa al gigante asiático.

Y tras varios años de espera, que incluso incluyeron a una compañía que se hizo pasar por representantes oficiales de Xiaomi, la empresa hizo su arribo de manera oficial a Chile y lo hicieron presentándose con uno de sus modelos más masivos: el Redmi S2.

El Redmi S2 es un teléfono de gama media, con precio de gama baja y que viene con la función de convertirse en el embajador de esta, para muchos, nueva marca. Y la elección es brillante ya que el público más tecnológico ya sabe quién es Xiaomi y cuál es su oferta, por lo que el arribo debía apuntar a quienes todavía no tienen una relación con ellos.
Y es precisamente el valor que posee en Redmi S2, un teléfono de muy bajo precio pero que funciona mucho mejor de lo que podría esperarse.
El Redmi S2 no va a ganar ningún premio por su estética: es un equipo bastante genérico, con una pantalla HD de 5.99 pulgadas y de acabado metálico. El teléfono no viene a engañar a nadie: ofrece la resistencia y durabilidad de un equipo de su gama a expensas de no tener ningún rasgo de diseño moderno.
Pero eso no quita que el equipo no venga bien equipado: su procesador es un Snapdragon 625 y soporta la versión 8.1 de Android. Además trae un muy buen lector de huella digital en la parte posterior y un flash frontal para las selfies. Es un Android bastante competente que, para el uso básico de un teléfono -redes sociales, correo, y comunicación- funciona bastante bien.
La pantalla es una IPS, la cual funciona bien a la hora de mostrar contenido, pero no se ve muy bien en exteriores, por lo que habrá que usarla con el máximo de brillo en esos casos.
La cámara también trae sorpresas, ya que se trata de un setup de cámara doble de 12 Megapixeles, lo que le permite, sobre todo, hacer el ya reconocido modo retrato o efecto bokeh.
El resultado de las fotos es claramente alejado de los resultados ofrecidos por equipos de gama alta, pero sobre todo en lo que se refiere al modo retrato, el efecto está muy bien logrado. De hecho, las fotos suelen verse algo mejor en otras pantallas, sobre todo por la resolución reducida del equipo.
Acá está la prueba de los amiibos para ver el color.
Y la foto nocturna que, como podemos ver, no es uno de los grandes fuertes del equipo. Por mucho doble lente que tenga, la performance sigue siendo insuficiente.
Ahora bien, el ahorro en cuanto a materiales y especificaciones tiene efectos positivos. La batería, por ejemplo, a pesar de ser de 3.000 mAh, puede llegar al final del día laboral con una sola carga y un 50% o 60% sin problema alguno, debido a que ni su pantalla gasta mucho ni su cámara está hecha para hacerla funcionar todo el día.
La duración de la batería realmente me sorprendió e insisto, para quienes tienen un uso calmado de sus teléfonos, que es principalmente el público al que va la gama media, es de las mejores que puedes encontrar por su precio.

Pero también es verdad que se trata de un teléfono con especificaciones algo anticuadas, lo cual puede que a la larga signifique que necesites renovarlo rápidamente

No me gustó por ejemplo que venga con cargador Micro USB y tampoco tenga carga rápida. Esto significa que tardarás cerca de dos horas en llenar la batería de 0 a 100 y que el cable ya está bastante obsoleto en un mercado que ya hizo su opción por el USB-C.

Tampoco soy muy fan de la capa de personalización de Android que incorpora Xiaomi, el MIUI. Detalles como no tener el menú de ajustes en la barra de notificaciones o la cantidad de apps preinstaladas me molestó un poco. Y sobre todo la falta de un cajón de apps, sino que por defecto se muestran tipo iPhone: con muchas páginas laterales de apps en vez de un gran scroll vertical. Si, es cierto, es un problema que se soluciona con otro launcher, pero si volvemos a que este es un producto pensado para la masa, no debiese ser esa la solución. A la larga, la falta del cajón hace que tengamos teléfonos más desordenados, pero también es un tema de gustos.

Y voy a ser sincero. No es un celular que en lo particular usaría. No está hecho a mi ritmo de uso ni mis necesidades. Pero si hay un público bastante masivo ahí afuera a quien el Redmi S2 cae como anillo al dedo. No por nada es uno de los modelos más vendidos en la historia de la compañía y 
Y es este público el que al encontrarse con esta oferta entenderá más o menos de qué está hecha la propuesta de Xiaomi. Los precios, siguen siendo bajos, aunque sabemos que podrían serlo aun más, pero probablemente la decisión de sus partners iniciales hizo que si bien sigan siendo atractivos, lo sean menos que lo que podrían serlo. Algo que de seguro se arreglará con la llegada prometida del próximo año de las primeras tiendas oficiales de la marca.
Yo, por mi parte, quedo a la espera de la segunda camada de equipos, cuando llegue MiMix o el Mi8 o incluso los Pocophones que se adaptan más a mi uso intenso. Pero se puede esperar. Lo que Xiaomi necesitaba era presentarse al otro público y así generar la confianza necesaria para ya traer su ecosistema en el futuro. Y para eso, el Redmi S2 es una rutina probada que de seguro motivará a los que aun no conocen a la compañía a saber más sobre ella.