Desde fines de 2016, cualquier auto liviano que se comercialice en Chile debe contar obligatoriamente con doble airbag frontal, es decir para piloto y el acompañante. En su minuto, esta medida buscaba aminorar los daños provocados a los ocupantes envueltos en accidentes de tránsito. “El uso de airbags en vehículos puede reducir en un 15% las muertes y lesiones graves de los integrantes. Así, el airbag especialmente previene lesiones a la cabeza, al cuello y a la parte superior del cuerpo, en caso de colisiones o choques frontales”, explicaba el ministro de Transportes y Telecomunicaciones, Andrés Gómez-Lobo. Actualmente, muchos de los autos que se venden en el país incorporan además airbags de rodilla e incluso de cortina para colisiones laterales o volcamientos. ¿Pero cómo es que funcionan y cuándo deberían activarse?

Lo primero que hay que señalar es que el airbag trabaja en conjunto con el cinturón de seguridad. Es decir, su uso es complementario y se potencia al funcionar al mismo tiempo. La misión de la bolsa de aire es clara: absorber parte de la energía cinética de la colisión. Asimismo, proteger de golpes contra elementos como el volante o el tablero y limitar el movimiento no controlado de la cabeza.

Funcionamiento

La idea es sencilla: el airbag debe desplegarse tras un choque en el momento justo, de forma que las consecuencias para el cuerpo sean las menos posibles. ¿Qué momento es ese? ¿Con qué velocidad se abre para cumplir el objetivo?

El mecanismo es pirotécnico y funciona con un detonador que provoca la salida del gas que infla la bolsa. Esa 'chispa' es controlada por una señal eléctrica que se envía en el momento que se detecta el impacto, que no es otra cosa que una desaceleración muy potente. Por lo mismo, un sensor cinemático es el encargado de mandar la señal.

Asimismo, existen sensores que se distribuyen en diferentes partes del auto, que se concentran en la parte frontal. Son acelerómetros, giroscopios y señales de presión. Estos miden variables como la intensidad del choque, la procedencia del impacto, la trayectoria de la fuerza.

Entre 15 y 30 milisegundos luego de detectarse el impacto, y concurriendo las variables, se ordena el inflado que se produce a más de 250 km/h. En ese tiempo (de 60 a 80 milisegundos), la cabeza del conductor -y/o pasajero- se encuentra con el airbag que ya se está desinflando. Lo increíble es que cuando la bolsa empieza a hincharse, la cabeza aún apenas se habrá movido.

En el fondo, la bolsa ya deshinchada ayuda a acolchar el golpe y disipar la energía. Pero la clave sigue siendo el cinturón de seguridad, sin el cual el airbag podría causar lesiones serias, pues todos los cálculos se han hecho considerando su uso. También es importante decir que los niños no deberían sentarse adelante, pues también quedan expuestos a la fuerza que detona una bolsa de aire.

En caso de que el auto ya haya participado de un accidente en que los airbags se hayan detonado, el fabricante es el único facultado para reinstalar las bolsas y certificar su uso en caso de un nuevo incidente.