Una alianza militar liderada por Rusia enviará “fuerzas de mantenimiento de la paz” a Kazajistán para “estabilizar” el país, que, desde el fin de semana, se enfrenta a manifestaciones sin precedentes provocadas por el aumento del precio del gas.

Considerada durante mucho tiempo como una de las exrepúblicas soviéticas más estables de Asia Central, Kazajistán, rica en hidrocarburos, se enfrenta a su mayor crisis en décadas.

El miércoles por la tarde, miles de manifestantes irrumpieron en el edificio de la administración de Almaty, la capital económica, para protestar contra el alza de los precios del gas, según un periodista de la AFP.

Horas después, tras declarar el estado de emergencia, el presidente de Kazajistán pidió ayuda a Rusia y sus aliados para controlar los violentos disturbios que se desencadenaron el martes por la noche.

“Hoy hice un llamamiento a los jefes de los Estados de la OTSC (Organización del Tratado de Seguridad Colectiva) para que ayuden a Kazajistán a superar esta amenaza terrorista”, dijo el presidente Kassym Jomart Tokayev en la televisión estatal.

La OTSC, liderada por Rusia, está integrada por otras cinco exrepúblicas soviéticas: Armenia, Belarús, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán.

Tokayev indicó que los “terroristas”, que recibieron “entrenamiento en el extranjero”, se estaban apoderando de edificios, infraestructuras y “locales donde se encuentran armas pequeñas”.

El presidente de la OTSC, el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, aseguró en Facebook que la alianza decidió enviar “fuerzas colectivas de mantenimiento de la paz” a la exrepública soviética “por un periodo de tiempo limitado para estabilizar y normalizar la situación en este país”, que fue causada por “injerencias externas”.

El movimiento contra el alza de precios del gas empezó el fin de semana en la localidad de Janaozen, en el corazón de la región occidental de Mangystau, antes de propagarse a Aktau, a orillas del mar Caspio, y Almaty.

En un primer momento, el gobierno decidió reducir de 120 a 50 tenges (0,11 dólares) el precio del litro de gas licuado de petróleo (LPG) en Mangystau para “asegurar la estabilidad del país”, aunque eso no apaciguó el descontento.

El martes por la noche, cerca de 5.000 personas fueron dispersadas con gases lacrimógenos y granadas aturdidoras en Almaty.

La situación se tensó aún más el miércoles, cuando miles de manifestantes irrumpieron en el edificio administrativo de esta ciudad, a pesar de los disparos de granadas y de gas lacrimógeno por parte de la policía, según informó un periodista de la AFP.