Un avance en materia científica y social pretende llevar a cabo el Presidente francés, Emmanuel Macron. Sin embargo, el proyecto de ley de bioética, una de las promesas de campaña del mandatario, se ha transformado en una discusión sumamente polémica y supone la mayor reforma social desde que Macron llegó al Elíseo en 2017.

El artículo primero, de un total de 32, es el que provoca más controversia. Se refiere a la ampliación del tratamiento de reproducción asistida (PMA por sus siglas en francés) a las mujeres solteras y parejas lesbianas, financiado por la Seguridad Social. Pese a que esta disposición logró ser aprobada por los diputados franceses el 27 de septiembre tras un acalorado debate, no deja de generar inquietud entre los sectores más conservadores de la población, quienes no lo consideran un avance, sino que una normativa que instala una serie de cuestiones éticas.

"Libertad, Igualdad, Paternidad", vociferaron miles de franceses que se manifestaron el domingo contra la PMA, principalmente sectores de la derecha, religiosos y conservadores. Según la firma independiente Ocurrence, a la protesta asistieron cerca de 74 mil personas.

El proyecto fue presentado al Consejo de Ministros en julio y la ministra de Salud, Agnès Buzyn, señaló en ese momento que "este derecho es un pedido de la sociedad y vamos a asegurarnos de que la gente pueda optar por esta vía". Así, insistió en que "los modelos de familia han cambiado".

Los que están a favor argumentan que con el proyecto se trata de garantizar la libertad de procrear para las parejas que no pueden hacerlo naturalmente, y para que las mujeres solteras puedan hacerlo voluntariamente. Por otro lado, quienes están en contra aseguran que ha cambiado la naturaleza del derecho a la reproducción asistida considerada como un paliativo a la esterilidad. También argumentan que conduciría a la legalización de los "vientres de alquiler", actualmente prohibidos en Francia.

"Para los sectores progresistas se trata de un progreso social; en cambio los conservadores lo consideran como una regresión. En todo caso, más del 60% de la población es favorable al proyecto, ya que desde 2013 existe en Francia el matrimonio homosexual y la adopción homoparental", explica a La Tercera Daniel Borrillo, profesor de derecho privado en la Universidad de París Nanterre y experto en derecho de la sexualidad.

Precisamente uno de los temores con esta nueva legislación es que se produzca un amplio descontento social y polarización similar al que ocurrió cuando se legalizó el matrimonio homosexual hace seis años durante el mandato de François Hollande. Sin embargo, tras la manifestación del domingo, el escenario comparativo es menos favorable para los anti-PMA. El director general adjunto del instituto de sondeos Ifop, Frédéric Dabi, señaló a France Presse que "es difícil anticipar lo que va a suceder, pero la opinión es mucho menos crítica sobre la PMA que sobre el matrimonio homosexual".

¿Padres biológicos?

Otro de los temas que ha generado debate es la disposición de que los niños nacidos de una donación de esperma, al alcanzar la mayoría de edad, puedan acceder a datos del donante -como la edad o sus características físicas- e incluso podrían solicitar su identidad.

"Al poner fin al anonimato se corre el riesgo de una penuria de gametos, pues los donantes temen que en el futuro 'golpeen a sus puertas'", apunta Borrillo. Por ello se prevé que suprimir el anonimato provoque que tres cuartas partes de los hombres y mujeres nieguen el uso de su esperma y óvulos en las clínicas. De todas formas, el artículo fue aprobado por la Cámara Baja.

Entre el resto de los artículos se prevé una reforma a la filiación que permitirá una doble filiación materna al nacimiento; el congelamiento de las células reproductivas de hombres y mujeres hasta los 32 años; y la investigación con células madres embrionarias para estudios médicos. "Con la autoconservación de los ovocitos que también será posible, se permite reconocer nuevos derechos reproductivos para las mujeres. Además permite reconocer la diversidad de familias en Francia", dijo a La Tercera Marie Mesnil, especialista en derechos de salud de la U. de Rennes 1.

El texto ha recibido cerca de 2.500 enmiendas. Tanto la Iglesia Católica como la Academia de la Medicina han mostrado su rechazo. La PMA está permitida en España, Bélgica y Reino Unido, y otros siete países de la UE.