Después del cierre del esperado 40º Congreso Federal del oficialista Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que se llevó a cabo durante el fin de semana, el jefe del gobierno de España, Pedro Sánchez, escuchó una de las peticiones más esperadas por la bases y puso sobre la mesa “abrir el debate para actualizar la Constitución”, que de fructificar podría reformar o poner fin al polémico artículo sobre la inviolabilidad del rey en medio de cuestionamientos a la corona española.

Aunque el líder socialista aseguró que no entrará en una polémica “entre república y monarquía”, buscará impulsar una serie de cambios progresistas, como la abolición a la prostitución, para lo que necesitará convencer de pactar al opositor Partido Popular (PP).

“Vamos a hacer un esfuerzo de pedagogía y de persuasión política. A ver si podemos de una vez por todas cambiar la Constitución. Queremos abrir un debate sobre la actualización de la Constitución, porque creemos que hay que introducir derechos, como el de la salud, la igualdad entre hombres y mujeres, lo verde”, aseguró Sánchez en una entrevista emitida ayer por la cadena Ser.

El jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, junto a Felipe VI y la reina Letizia, durante el desfile militar para conmemorar el Día Nacional del país, en Madrid. Foto: Reuters

Desde que se revelaron las acusaciones contra el rey emérito Juan Carlos I, investigado por presuntos casos de delitos fiscales millonarios que lo llevaron a trasladarse desde agosto del año pasado a Abu Dhabi, la presión sobre la Casa Real española no ha cesado, especialmente después de que la semana pasada se conoció que la Fiscalía decidió archivar tres causas judiciales contra el monarca debido a la imposibilidad de querellarse por la protección que le otorga el Artículo 56.3 de la Constitución, que establece que “no está sujeto a responsabilidad”.

“Lo he dicho públicamente, creo que no es necesario que se reconozca esa condición (de inviolabilidad) al jefe del Estado. Es producto de otra época legítima de nuestra democracia, pero no una etapa democrática consolidada con más de 40 años de historia que mira hacia adelante”, defendió el líder del Ejecutivo español. Sánchez justificó su negativa a abrir una comisión de investigación en el Congreso contra el rey emérito, porque, a su juicio, más que una discusión sobre la institución de la monarquía se debe fiscalizar la acción de “una persona”.

A pesar del gesto de apoyo a la realeza, Sánchez enfatizó que Juan Carlos I debe entregar explicaciones a los españoles sobre “las razones que le han llevado a ausentarse de España y sobre lo que se está viendo en los medios de comunicación”, pero descartó que la lista de medidas que buscará implementar vayan a derivar en una Ley de la Corona. Por el contrario, celebró los pasos del rey Felipe VI para “modernizar y dar más transparencia” a la Casa Real.

En medio de este revuelo político y cuando la monarquía alcanza una de las peores caídas de respaldo ciudadano, Sánchez decidió oír a los sectores de izquierda que han enfatizado en la urgencia de cambios en la Carta Magna. El líder socialista argumentó que el presidente del PP, Pablo Casado, debe asumir que están “en minoría parlamentaria” y con esto cuadrarse con las iniciativas del Ejecutivo.

El líder del gobierno español, Pedro Sánchez, durante un acto de campaña.

“Queremos persuadir para cambiar la Constitución. Ahora queremos eliminar la palabra “disminuido” -en referencia a las personas con discapacidades- en el artículo 49 de la Constitución, pero la derecha se niega. El PP se niega a cumplir todos y cada uno de los artículos de la Constitución”, defendió Sánchez en una conferencia de prensa ayer, en la que enfatizó que para este tipo de reformas es necesario contar con apoyo del primer partido opositor, ya que “dos no bailan si uno no quiere”.

La respuesta de Casado no tardó en llegar, rechazando la idea de modificar la Constitución. “Si abrimos el texto constitucional estaremos cometiendo un error”, señaló, al tiempo que apuntó a que con esto “está cayendo en Cataluña”, en referencia al conflicto independentista catalán. No obstante, el líder del PP afirmó que su partido está a favor de realizar ciertos cambios, como la eliminación de la línea de sucesión monárquica en la que priman los herederos hombres por sobre las mujeres, pero llamó a que si Sánchez “quiere girar a la moderación” debe “romper con Podemos, los independentistas y Bildu”.

La presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, también cargó contra los socialistas con un mensaje en su cuenta oficial de Twitter. “Lo que veo es el mismo camino de siempre, el del socialismo español y, en concreto, el del presidente del gobierno; destruir empleo, dividir a España y por tanto más socialismo”, aseguró la dirigenta del PP.

Reformas de cara a 2023

En el cónclave socialista del fin de semana en Valencia, el partido oficialista también presentó a la nueva dirección que respaldará al PSOE en el camino por permanecer en el poder ante la cercanía de las elecciones de 2023. Ante esto, entre las filas aparecen seis ministros y una apuesta por liderazgos femeninos, que alcanzan un 60% de presencia. Desde diciembre de 2019, el Ejecutivo español está constituido por la coalición progresista de los socialistas y la izquierdista coalición Unidas Podemos (UP), que ha permitido a Sánchez instalarse como líder sin oposición interna.

Según el diario español El Mundo, después de la irrupción de Podemos en el mapa político español que obligó al PSOE a virar hacia la izquierda, el partido ahora asume que la única posibilidad de crecer y recuperar terreno frente al PP es la moderación y rememorar a la socialdemocracia, que llevó a Sánchez a La Moncloa en junio de 2018.

El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, en La Moncloa, en Madrid. Foto: AFP

Una de las normativas consensuadas por los partidos gobernantes es “abolir la prostitución que esclaviza a las mujeres en nuestro país”. A su vez, Sánchez anunció que abogarán por sacar adelante leyes más estrictas contra la violencia doméstica. Además, en un guiño a Podemos, el socialista defendió que respalda la moción de la vicepresidenta segunda del gobierno, Yolanda Díaz, de terminar con la reforma laboral del PP y la ley de Seguridad Ciudadana, conocida como la ley mordaza.

En el último año, el gobierno español ha sacado adelante políticas transversales de cambio, como la ley de eutanasia, la reforma de pensiones y el ingreso mínimo vital, pero la reforma laboral podría amenazar al Ejecutivo ante la oposición de los gremios empresariales y la vigilancia de la Comisión Europea.

En las recientes celebraciones del 12 de octubre, Sánchez fue abucheado por los españoles que se reunieron en los actos en Madrid. Sin embargo, durante el fin de semana el gobernante señaló que el camino para frenar a la derecha, especialmente después de la pandemia del Covid-19, es “dar batalla para demostrar que las ideas neoliberales son dañinas para los ciudadanos”. “Nos decían que la socialdemocracia estaba en crisis. ¿Y cómo están los que hablan de eso? ¿Su modelo es la Hungría de (Viktor) Orbán? ¿Estados Unidos de (Donald) Trump? ¿Reino Unido del Brexit?”, se preguntó.