Las autoridades instauradas por los talibanes en Afganistán han latigado públicamente este miércoles a cinco personas tras ser condenadas por un tribunal en la provincia afgana de Paktia, en el este del país, por delitos de “robo, huida del hogar y corrupción moral”.

El Tribunal Supremo talibán ha afirmado en un comunicado que los condenados, entre los que puede haber alguna mujer -suelen ser acusadas de “fugarse de casa”, aunque el comunicado no lo precisa- han confesado sus crímenes durante el juicio “sin ningún tipo de fuerza o presión”.

Los latigazos, condenados por la comunidad internacional, arrancaron en noviembre de 2022, después de que el líder de los talibanes, el mulá Hebatulá Ajundzada, reclamara a los jueces que aplicaran la ‘sharia’ (ley islámica) en sus fallos, incluida la pena de muerte.

Pocos días después de comenzar los latigazos, la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos se declaró “consternada” por la utilización de esta práctica “aberrante”, recordando que las convenciones internacionales de las que Afganistán es estado miembro condenan el castigo corporal como “una forma de trato o pena cruel, inhumano o degradante”.

Los fundamentalistas han instaurado un gobierno en Afganistán marcado por la falta de mujeres y de representantes de otros grupos políticos y étnicos, al tiempo que han hecho frente a críticas a nivel interno e internacional por la limitación de los derechos de la población, especialmente de las mujeres y las niñas.