Desde Europa del Este hasta los campos petroleros de Asia Central, Vladimir Putin se esfuerza por mantener una esfera de influencia. El año lo comenzó obligando a Occidente a sentarse a conversar sobre la seguridad europea, algo que no ha generado mayores frutos. Los analistas señalan que el Presidente ruso ha tomado ventaja de la debilidad de su contraparte estadounidense y seguirá siendo un actor relevante en la escena internacional este año.

La política exterior de Moscú ha ocupado los titulares a nivel mundial desde fines del año pasado por distintos frentes. Por un lado, la acumulación de tropas rusas en la frontera con Ucrania encendió las alarmas en Occidente ante los temores de una posible invasión con el fin de mantener a Kiev fuera de la OTAN, algo que el Kremlin niega.

Mientras que el acercamiento entre Rusia y la vecina Bielorrusia -cuyo Presidente Aleksandr Lukashenko está cada vez más aislado de Occidente- podría desembocar en una eventual integración. Al mismo tiempo, Putin no dudó de enviar tropas a Kazajistán -tras la solicitud del mandatario Kassym-Jomart Tokayev- para ayudar a contener los disturbios de las últimas semanas gatillados por las protestas ante el alza del precio del gas.

Putin también trató de extender su huella global al cooperar con Myanmar después del golpe de lo militares de ese país asiático y con Afganistán, controlado por los talibanes. A nivel interno, el cierre de la ONG Memorial desató críticas no solo en Rusia, sino que también en Occidente. Ya antes, el encarcelamiento del crítico del Kremlin, Alexei Navalny, tensó aún más las relaciones con Europa.

Tanques rusos T-72B3 participan en simulacros en el campo de tiro de Kadamovskiy, en la región de Rostov, en el sur de Rusia, el 12 de enero de 2022. Foto: AP

Es en medio de este contexto, en el que muchos se preguntan cuál será el rol que jugará Putin en 2022. “Estoy seguro de que será una figura activa. Putin tiene la ventaja de aprovechar su propio peso (político) debido a la debilidad de los otros líderes. Por ejemplo, el Presidente (Joe) Biden tiene que enfrentar a un Estados Unidos dividido. Es probable que los demócratas pierdan las elecciones de medio mandato de este año. En Alemania tienes una nueva coalición y una nueva autoridad. Berlín va a tener que trabajar muy duro para reconquistar esa influencia en Europa. En Francia, (el mandatario, Emmanuel) Macron enfrentará una elección difícil. Así que se puede ser que Putin puede sobresalir como un líder fuerte, porque muchos otros parecen estar débiles y eso le permitirá seguir siendo un jugador activo en las relaciones internacionales”, explicó a La Tercera, Andrei Kortunov, director general del think tank Russian International Affairs Council.

En la misma línea, un ensayo escrito por el exembajador francés y asesor especial del centro de estudios del Instituto Montaigne, Michel Duclos, señala que “Rusia está aprovechando un momento favorable: el Kremlin percibe a la administración Biden como débil, sobre todo desde la precipitada y mal controlada retirada de Afganistán. Al mismo tiempo, la salida de la excanciller alemana Angela Merkel confirma la debilidad de la Unión Europea a ojos del Kremlin. Rusia sabe que el statu quo en Europa no está a su favor. La administración Biden opera una política de transferencias de armas a Ucrania (que también se beneficia de los drones turcos) mientras que la OTAN se vuelve cada vez más activa en el Mar Negro. Las ‘garantías de seguridad’ exigidas por Moscú van de la mano con sus intereses geopolíticos: no extensión de la OTAN a Ucrania y Georgia, no armamento de estos países, retirada de las fuerzas y equipos allí estacionados, no despliegue de nuevas armas nucleares tácticas”.

Incluso, el viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Sergei Ryabkov, advirtió esta semana que no puede descartarse un despliegue militar ruso en Cuba y Venezuela si aumentan las tensiones con Estados Unidos. En una entrevista con la televisora rusa RTVI, Ryabkov señaló que “todo depende de las acciones de nuestros homólogos estadounidenses”, y señaló que Putin ha advertido que Rusia podría tomar medidas técnico-militares si Washington actúa para provocar a Moscú y subir la presión militar.

“Desafortunadamente, Putin mantendrá las mismas posiciones a nivel internacional. La mala noticia es que, a medida que pasa el tiempo, el Presidente ruso se aleja más de la realidad y se entusiasma más con los movimientos imprudentes que supuestamente le traerían más respeto (tal como él lo entiende)”, sostuvo en conversación con este medio, Margarita Zavadskaya, politóloga rusa e investigadora del Instituto Aleksanteri de la Universidad de Helsinki.

Tanques rusos T-72B3 participan en simulacros en el campo de tiro de Kadamovskiy, en la región de Rostov, en el sur de Rusia, el 12 de enero de 2022. Foto: AP

La estrecha relación de Rusia con China se convertirá en una causa creciente de preocupación en EE.UU. Putin tiene más confianza ya que cree que tiene a Beijing de su lado; Moscú lo hará ampliar su política permanente de arremeter contra EE.UU. y las alianzas lideradas por Washington en el Indo-Pacífico y en otros lugares. Una explosión de la situación en Ucrania es probable que vaya acompañada del veto de China en favor de Moscú en el Consejo de Seguridad de la ONU, pero posiblemente habrá maniobras militares más provocativas en el Mar de la China Meridional también. Rusia ya no está operando de forma aislada”, indica la consultora de riesgo político Eurasia Group en su informe Top Risks 2022.

El factor de Ucrania

Desde Europa del Este hasta los campos petroleros de Asia Central, Putin se esfuerza por mantener una esfera de influencia. Los aliados del líder ruso en las antiguas repúblicas soviéticas están envejeciendo en el cargo o enfrentan un creciente descontento. “Los baluartes que ellos han proporcionado contra las fronteras en expansión de la democracia y el poder militar occidental parecen cada vez más inestables”, dice Max Fisher, columnista del diario The New York Times.

La llegada de 100 mil soldados rusos, carros y artillería en la frontera con Ucrania generó la ronda de conversaciones entre Moscú y Washington, la OTAN y la Organización para la Seguridad y la Cooperación (OSCE) esta semana. Esto luego que el Kremlin emitiera un casi ultimátum a la Casa Blanca y sus aliados en el que les pidió que proporcionen “garantías de seguridad por escrito”. Hasta ahora las conversaciones no han dado frutos.

“Vladimir Putin está obsesionado con Ucrania: quiere desmembrar el país a toda costa”, indicó Duclos en su ensayo. Es más, en julio pasado, el mandatario publicó un artículo que subraya la unidad histórica de los pueblos ruso y ucraniano. A ello se suma la incesante propaganda de los medios controlados por el Estado ruso en los que se da la impresión de que “Ucrania no es un país real”.

Zbigniew Rau, canciller de Polonia y Presidente en ejercicio de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), da una conferencia de prensa en el Palacio Hofburg en Viena, el 13 de enero de 2022. Foto: AFP

A juicio de Orysia Lutsevych, investigadora y directora del Foro de Ucrania del Chatham House, “todavía se está resolviendo el caso en el que Ucrania puede luchar por su independencia”. “Rusia no cree que Ucrania deba existir como un Estado independiente en sus fronteras actuales. La razón por la que hay una guerra se debe a la divergencia de sistemas políticos y valores sociales en Ucrania y Rusia. No es la OTAN a lo que teme Putin, es a la democracia llegando a las puertas de Rusia y que la democracia está establecida en la nación eslava. Esto amenaza el sistema de capitalismo cleptocrático de Putin”, indicó en conversación con La Tercera.

“A Putin le gustaría restaurar el control político (o al menos una ilusión del mismo) sobre Ucrania. Realmente no cree que Ucrania sea un actor político independiente en la arena política. Hasta ahora, las maniobras militares a lo largo de las fronteras pueden verse como una presión y una flexión de músculos. Por el contrario, la operación de Crimea (en 2014) ocurrió rápidamente y sin mucho alboroto. No creo que Putin esté listo para una acción militar real, aunque es el maestro de lo inesperado”, sostiene Zavadskaya.

De hecho, este viernes EE.UU. acusó a Rusia de estar planeando un falso ataque para justificar la invasión de Ucrania, al tiempo que el gobierno de Kiev denunció un ciberataque a gran escala contra sus sistemas en una señal de que el conflicto sigue agudizándose.

En este contexto, el diálogo entre Rusia y Estados Unidos llegó esta semana al OSCE, organismo que subrayó la “urgencia” de reactivar el diálogo sobre seguridad europea, en la tercera ronda de encuentros para neutralizar el riesgo de conflicto en Ucrania. “La situación en la región es peligrosa. Es imperativo encontrar una manera, por la vía diplomática, de detener la escalada y empezar a reconstruir la confianza, la transparencia y la cooperación”, dijo la alemana Helga Schmid, la secretaria general de la organización, en la apertura del Consejo Permanente.

La organización fundada en la Guerra Fría para favorecer el diálogo Este-Oeste, que consta de 57 Estados miembros, es uno de los pocos lugares de intercambio en el que participan tanto Estados Unidos como Rusia.

El Presidente de Rusia, Vladimir Putin, se reúne con el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, en Moscú, el 13 de enero de 2022. Foto: Reuters

Polonia, que asume la presidencia rotatoria anual de la OSCE después de Suecia, también expresó su preocupación, al igual que otros países de Europa del Este que antes estaban bajo el dominio de Moscú. “Parece que el riesgo de guerra en la zona de la OSCE nunca ha sido tan intenso en los últimos 30 años”, dijo el ministro de Asuntos Exteriores polaco, Zbigniew Rau, que si bien no nombró a Rusia, enumeró una serie de conflictos en los que se alega la participación de Moscú.

Polonia se encuentra entre los miembros de la OTAN que tienen una actitud más agresiva al confrontar lo que considera las ambiciones revisionistas de Rusia en Europa del Este. El país en noviembre del año pasado vivió una crisis migratoria, cuando miles de personas provenientes principalmente de Siria y otros países de Asia Central llegaron a su frontera con Bielorrusia, ante lo cual les bloqueó el paso. Para algunos observadores, los migrantes fueron utilizados como peones en un juego político entre Minsk, no perteneciente a la UE y aliada de Moscú, y sus vecinos.

La diplomacia probablemente evitará la confrontación militar centrándose en áreas donde es posible llegar a un acuerdo. Ucrania no tiene perspectiva de ingresar a la OTAN, pero Estados Unidos y sus aliados de la OTAN no van a decir eso públicamente”, indicó el análisis de riesgo 2022 de Eurasia Group.

Dependencia del gas

Como telón de fondo en estas negociaciones se encuentra la creciente dependencia de Europa del gas y el petróleo rusos, lo que limita su margen de maniobra en la creciente crisis por la seguridad en la región y haciéndola muy vulnerable en caso de una escalada.

Los funcionarios occidentales acusan al Kremlin de retener suministros adicionales en los últimos meses para obligar a los reguladores europeos a aprobar el gasoducto Nord Stream 2, acusación que el Kremlin niega. Los legisladores estadounidenses y Ucrania dicen que el gasoducto haría que Europa fuera cada vez más dependiente de Moscú.

El logotipo del proyecto de gasoducto Nord Stream 2 se ve en una tubería de gran diámetro en la planta de Chelyabinsk, propiedad de ChelPipe Group en Chelyabinsk, Rusia. Foto: Reuters

Tal dependencia significa que los gobiernos europeos no están dispuestos a considerar las sanciones a las exportaciones de energía rusas, la columna vertebral de la economía rusa, como un posible elemento disuasorio contra una posible invasión de Ucrania”, dijo un alto funcionario europeo al diario The Wall Street Journal.

“También les preocupa que Moscú tome represalias recortando las exportaciones de gas a Europa, una preocupación que se ha agudizado en los últimos días a medida que los precios de la energía comenzaron a dispararse nuevamente”, añadió. Pese al intenso lobby estadounidense, Alemania aún tiene que decir si bloquearía permanentemente el Nord Stream 2 si Rusia invade a su vecino.

“Los gobiernos de la región podrían encontrarse en un dilema si se aplican sanciones y luego Rusia, incluso a corto plazo, corta todos los flujos de gas a Europa”, dijo al periódico Richard Morningstar, presidente fundador del Centro de Energía Global del Atlantic Council.

“Todas las partes implicadas están interesadas en la desescalada. Una guerra entre tales participantes gigantes es demasiado peligrosa para ellos y para el mundo. Por lo tanto, probablemente podamos esperar la conclusión de un acuerdo serio sobre la estabilidad estratégica, que supondrá un gran avance y librará al mundo de tensiones en Europa. La tensión actual es necesaria para que las naciones sientan el valor de los nuevos acuerdos”, dijo a La Tercera Vadim Kozyulin, director del Proyecto de Seguridad de Asia del Centro de Investigación Política Rusa (PIR).

“Hace tiempo que se rompió el equilibrio de poder, y Putin está tratando de restaurarlo en términos relativamente favorables para Rusia después de las pérdidas significativas que ha sufrido en los últimos 30 años. Putin está realmente preocupado de que el mundo ruso haya sufrido tal pérdida significativa como es el caso de Ucrania. Espera que esta pérdida no sea irrecuperable. Sin embargo, no está muy claro cómo corregir el error cometido. Él está pensando”, añadió.