Fue el 14 de junio cuando la Región Metropolitana registró su cifra más alta de casos nuevos con Covid-19. Ese día el Minsal reportó un total de 5.647 nuevas personas infectadas con el virus Sars-Cov-2. De ahí en adelante las cifras comenzaron a caer, sobre todo durante el mes de julio.

Y las cifras generales parecieran seguir mejorando. La autoridad sanitaria dio cuenta ayer de 1.656 casos nuevos en todo Chile, de los cuales 685 corresponden a la capital. Dicho indicador representa una disminución, en Santiago, de un 88% respecto de aquel peak registrado a mediados de junio. De hecho, el ministro de Salud, Enrique Paris, destacó estas cifras asegurando que son las más bajas a nivel nacional en 70 días y la menor a nivel de Santiago desde el 29 de abril (589 casos).

Así, Santiago -por primera vez desde el 6 de mayo- logró que su promedio móvil de nuevos casos diarios de la última semana sea inferior a mil, llegando a 993. Además, 1.728 personas se encuentran hospitalizadas en las UCI, de las cuales 264 están en estado crítico. Y existen 459 ventiladores mecánicos disponibles en toda la red.

Este positivo escenario también fue valorado por el Presidente Sebastián Piñera: “Llevamos cinco semanas de mejorías en materia de coronavirus. Sé que el mundo está en un proceso de agravamiento de la crisis del coronavirus. Y eso nos preocupa. Pero, gracias a Dios, al esfuerzo de todos los chilenos, al trabajo de los funcionarios de la Salud, en Chile llevamos cinco semanas de mejoría y eso nos permite tener una luz de esperanza”.

Desconfinar la RM

La tendencia a la baja llevó a que el Minsal presentara el fin de semana su plan “Paso a Paso”, el cual está compuesto de cinco fases. Se trata de siete criterios sanitarios que, a medida que se van cumpliendo, permiten que determinada zona geográfica avance de una etapa hacia otra, con el objetivo de ir desconfinando las regiones de manera paulatina.

El optimismo del gobierno se vio reflejado ayer cuando el titular de Salud, en entrevista con Radio Duna, aseguró que la Región Metropolitana sí cumple con los criterios para pasar de la fase uno, de cuarentena, a la fase dos, de transición. Sin embargo, advirtió que el análisis no debe hacerse a nivel regional, ya que la Zona Metropolitana “no es homogénea”. En esa línea, agregó que “como parte del grupo que toma la decisión, yo preferiría que no se tomara por comunas, sino que por grupos de comunas” y que “ojalá no sean solo comunas del área oriente”.

Esa estrategia de inmediato despertó análisis y las críticas de algunos expertos, sobre todo debido a lo que ocurrió en Santiago con las cuarentenas dinámicas.

A fines de marzo, el gobierno decretó cuarentena para siete comunas de la zona oriente de la capital. Pero a medida que en esa área se lograba controlar el virus, el Covid-19 se trasladaba a los sectores de la periferia de la ciudad que no estaban bajo confinamiento.

Esto motivó a que organizaciones como Espacio Público propusiera una estrategia de desconfinamiento basada en seis macrozonas, siguiendo la división administrativa de los servicios de salud metropolitanos.

El geógrafo e investigador del Centro de Producción del Espacio Udla, Juan Correa, tiene una visión similar. A su juicio, pensar el plan “Paso a Paso” por grupos “desconoce la orgánica de la ciudad”. Correa estima que al desconfinar una parte de Santiago implicará que se active la fuente laboral de muchos trabajadores, generándose un flujo importante desde la periferia hacia la zona oriente: “Desde una perspectiva urbana y geográfica es clave entender que Santiago no se comporta como grupos de comunas, es una sola entidad, ya que hay una gran dependencia de las comunas de la periferia respecto del sector oriente, sobre todo por el acceso a servicios del Estado, empleo y la movilidad laboral”.

La exsubsecretaria de Salud Jeanette Vega, quien es asesora de la OMS, considera que sería un “error” desconocer que “la gente se mueve entre comunas para ir a trabajar; por lo tanto, la posibilidad de un rebrote es alta si no se desconfina Santiago como un todo”. A su juicio, la clave está en la capacidad de trazar, de identificar casos y contactos, y de hacer el suficiente número de test. “Es como si fuéramos saliendo de un gran incendio. Lo que hay que hacer es que si hay incendios chicos les podamos echar agua inmediatamente para que no se vuelva a armar de nuevo uno grande. Vamos a estar así hasta que tengamos vacuna, la cual no estará disponible para todos antes de un año”, dice.

Para la epidemióloga e integrante del consejo asesor María Teresa Valenzuela, la transición debería hacerse por “bloques” y, según su análisis, se podría partir por el sector oriente. “La zona que aún preocupa es la sur y suroriente”, sostiene Valenzuela.

La experta, además, comenta que aún no tienen los indicadores de trazabilidad por comunas. Y considera “razonable” que la Región Metropolitana, tal como lo propone Espacio Público, “puede dividirse en esos cinco o seis paños”.

Ayer, en tanto, Paris expuso ante la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados y entregó algunos indicadores de trazabilidad regional. Según indicó, el promedio nacional está en 84%. En cuanto a algunas regiones, reveló que Arica y Parinacota están en 90%, Tarapacá en 91%, Antofagasta en 79%, Atacama en 95%, O’Higgins en 98% y Los Ríos en 100%.