El 7 de enero, una patrulla de Carabineros atropelló a una persona en Pudahuel mientras protestaba por la rendición de la PSU. Esta fue la "mecha" para que se iniciara una serie de ataques a la comisaría de la comuna, que se extendieron por seis días y se convirtieron en un nuevo foco de preocupación para las autoridades. Y el martes, cuando se cumplió una semana de este hito, se registraron cuatro ataques a unidades policiales en una misma noche y en un lapso de cuatro horas.

El primer ataque ocurrió en la 7a. Comisaría de Renca, a las 19.30, donde cerca de 100 personas se reunieron en las inmediaciones de la unidad policial lanzando piedras y bombas molotov. Hubo 10 detenidos por desórdenes, quedando apercibidos (citados) por la fiscalía. Luego, 20 minutos después, hechos similares se registraron en la 46 Comisaría de Macul y siete personas fueron arrestadas. Tampoco pasaron a control de detención y, según informó la Intendencia Metropolitana, también quedaron apercibidos por parte del Ministerio Público.

Cuando el momento peak de la tarde ya había pasado, y en los cuarteles policiales se preparaban para los habituales patrullajes nocturnos, llegó el siguiente impacto doble: a las 23.00, en Pudahuel, 50 personas lanzaron piedras y botellas hacia la 55 Comisaría (atacada por sexta vez en siete días); media hora después, y mientras en la zona poniente de Santiago dispersaban a los manifestantes, a las 23.30 en Peñalolén otra unidad era atacada por 15 personas.

¿El saldo? Cuatro comisarías con daños, 17 detenidos y una preocupación que se tradujo en que el Ministerio del Interior citara a una reunión al general de la Zona Este de Carabineros, Enrique Bassaletti; al intendente Felipe Guevara y todos los alcaldes de las comunas afectadas.

En Carabineros, la tesis es que se trata de una acción concertada y organizada. Así lo expresó el general Bassaletti: "Esto obedece a acciones concertadas, en distintos puntos, de manera simultánea. Acá hay que ser claros: se generaron actos delictuales con un grupos de personas que se organizan para ir a atacar cuarteles policiales. El mensaje es a que abramos los ojos, son situaciones que afectan no solo a Carabineros, también a la gente".

Mesa de trabajo

En la reunión citada por Interior se acordó crear una mesa de trabajo entre las policías, los alcaldes y el Sename. "Dentro de lo que han visto los alcaldes y las policías, muchos de los detenidos por atacar comisarías son niños, por lo que nos parece importante que participen todas las instituciones posibles", sostuvo Blumel. Esta instancia será liderada por el intendente Guevara, lo que fue visto como un apoyo al jefe regional ante la acusación constitucional presentada por la oposición.

Desde el 18 de octubre de 2019, hasta ayer, eran 359 los ataques a las comisarías a nivel nacional. En noviembre hubo 169, en diciembre 82, y este mes suman 36 los incidentes de este tipo.

Blumel señaló que "quienes atacan las comisarías son grupos de vándalos que quieren que el estado de derecho se debilite y eso no lo vamos a permitir".

Además, una de las ideas de Carabineros es iniciar un proceso de acercamiento con la comunidad.

Asimismo, se evalúa destinar inversiones en estas zonas afectadas, enfocadas principalmente en mejorar los espacios públicos.