El 16 de abril comenzaron a regir dos nuevas visas consulares. Una de Responsabilidad Democrática para venezolanos y otra consular para turismo, destinada a los haitianos. Ambos trámites presentan claras diferencias: el primero otorga permiso de residencia con autorización laboral, mientras que el segundo es requisito para entrar al país con objetivos vacacionales.

A un mes de que entraran en vigencia estos permisos, el Ministerio de Relaciones Exteriores entregó un balance y dejó en evidencia las primeras consecuencias de la política migratoria definida por el gobierno del Presidente Sebastián Piñera.

Según indicó el canciller Roberto Ampuero, durante los primeros 30 días en que este instrumento ha estado en vigencia, las solicitudes haitianas han llegado a su mínima expresión, con solo 72 peticiones consulares. Esto exhibe un panorama muy diferente a 2017, en cuyos 12 meses entraron a Chile 113.925 isleños, de acuerdo a la PDI.

Esta situación también queda en evidencia al observar el número de entradas al país durante abril de 2018, en comparación al mismo mes de 2017, con una reducción del 62%. En abril de 2017 entraron 6.300 haitianos, mientras en el mismo mes de este año lo hicieron 2.388. De acuerdo a la PDI, el ingreso de todas estas personas ocurrió previo a la entrada en vigencia del requisito.

Se espera que los ingresos a Chile experimenten una baja aún más drástica, considerando que de las 72 solicitudes, el gobierno hasta ayer había rechazado 66, aprobado dos y mantenía cuatro en trámite (ver infografía).

En el caso venezolano, la situación es distinta. Durante este mes se han solicitado 23.936 visas de responsabilidad democrática. De ellas, se han concedido 2.131, rechazado 1.122 y permanecen en análisis 20.683.

Según el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, los números sobre Haití demuestran que "el interés real de los haitianos por venir a Chile era encontrar trabajo y quedarse a vivir en nuestro país en forma permanente, y en ningún caso hacer turismo".

Agregó que este "sinceramiento" es lo que el gobierno buscaba con su política migratoria: "Que la persona que viene como turista, se quede por el tiempo establecido para realizar actividades turísticas y abandone el país cuando corresponda, y que aquel que tiene el legítimo deseo de prosperar, buscar empleo y hacer una vida en Chile, lo transparente y realice los trámites que establece la ley".

En opinión del director nacional del Servicio Jesuita al Migrante, José Tomás Vicuña, la reducción del interés de los isleños por entrar a Chile se debe a las barreras que ha impuesto el gobierno. "A la visa consular de turismo solo se puede postular por internet y la penetración de este en la isla es del 12%. Además, hace algunas semanas la postulación era en español o inglés, ahí tienes barreras".

Según el sacerdote jesuita, tras esta política migratoria, "la sensación entre los haitianos residentes en Chile es que no pueden venir".

Esta postura es compartida por Francisca Vargas, directora de la Clínica Jurídica de Migrantes y Refugiados de la Universidad Diego Portales (UDP), quien cree que los haitianos "saben que esta visa consular de turismo es una restricción". Al respecto, insistió en que "muchos de ellos desconocen hasta cómo se solicita la visa y qué hacer para conseguirla. Y muchos tampoco deben cumplir con los requisitos económicos". Esto, porque la legislación establece que se debe contar con el dinero necesario para la estadía en el país.

Según la diputada Paulina Núñez (RN), las cifras demuestran un avance "hacia una migración segura, ordenada y regular". "Muchos haitianos llegaban engañados y a vivir en situaciones indignas. Hoy saben qué requieren y ellos deciden", indicó.

No obstante, para Vicuña la migración haitiana no desaparecerá, lo cual se podrá apreciar en el futuro. Esto, estima, "fomentará el ingreso clandestino, no de inmediato, pero en el mediano plazo tendrá efecto. Seguramente las redes delictuales ya comenzaron a operar".

"Lo que ha ocurrido con el establecimiento de visa consular para los ciudadanos de República Dominicana ha sido justamente lo contrario a lo propuesto: el flujo se ha mantenido, pero vulnerabilizado", indicó el sacerdote.

De acuerdo a cifras de Interior, que consideran los motivos de expulsiones desde enero a octubre de 2017, los ciudadanos de República Dominicana exhiben la segunda mayoría de casos de ingreso clandestino al país, tras Bolivia.

Respecto del caso de los venezolanos, Francisca Vargas explica que ese país "vive una crisis político-social de reconocida dimensión a nivel internacional. Al ser una visa de residencia, que solo exige no poseer antecedentes penales, se sienten en la libertad de solicitarla".