Hace dos días, Kyra, profesora de música del colegio Mana Nga Poki, envió material digital para que los apoderados pudieran estudiar canciones con sus hijos durante la cuarentena. Al día de hoy, varios no han podido descargarlo. Tener una plataforma online para hacer clases resulta complejo en Rapa Nui, el lugar habitado más aislado del mundo.

“Como colegio hacemos un gran esfuerzo por ayudarlos, pero si en Santiago ha sido complicado esto de tener clases a través del computador, acá estamos a años luz. No tenemos Internet ágil para bajar las tareas y a veces tarda todo un día solo poder abrir un video”, relata Francisca Ayala, directora de la única escuela privada de la isla.

Son días duros en Isla de Pascua. La educación y el alimento pasaron a ser parte de la nueva preocupación general en este territorio insular, de 7.750 habitantes y ubicado a 3.800 kilómetros del continente.

El martes 31 de la semana pasada, la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, anunció nuevas medidas sanitarias para controlar el brote de Covid, entre las cuales destacó la renovación de la cuarentena de Rapa Nui por dos semanas más. Ayer, sin embargo, el gobierno central levantó la restricción del flujo.

A la fecha, cinco personas han dado positivo, y el miércoles fue confirmado un caso de dengue. Por ahora, el centro asistencial sigue con tres camas UCI, lo que imposibilitaría la atención de pacientes críticos.

Hace una semana, además, lograron salir de la isla cerca de 700 turistas que habían quedado varados. Otros, 170 isleños, continúan sin poder retornar.

El presidente de la Cámara de Comercio, Hotu Iti Teao, contó que “esto ha sido nefasto, no tenemos como medirlo, pero casi todos los hoteles han terminado contrato con trabajadores , quizás algunos se puedan mantener con la ley que se aprobó en el Congreso, pero hay mucha incertidumbre de la reactivación del turismo y la economía”.

Agregó que “tal vez septiembre sea bueno para el mercado nacional”.

Se informó que en las próximas horas se espera un barco con abastecimiento de abarrotes, que complementaría a la agricultura local, aunque el principal ingreso de la isla es el del turismo.

Ante esto, el seremi de Salud, Francisco Álvarez, aseguró “tenemos un brote que está controlado y no hemos tenido nuevos casos; sobre las naves que lleguen a la isla, se hará un chequeo previo a que embarquen y con todas las medidas sanitarias necesarias”.

A esto, Teao respondió que el comportamiento de la comunidad no ha sido el óptimo. “Hacen vida social normal, asados entre vecinos, filas en los bancos y se ven varios irresponsables, familias completas en los autos como si fuera paseo. El fin de semana en la costa se vio lleno de gente haciendo surf”.

Sucupira

Pedro Edmunds, alcalde de Rapa Nui, antes centraba su discurso en que no llegaran más turistas. Hoy, pareciera que la preocupación se centra más en los residentes. A través de redes circula un mensaje del edil que dice:_“¿Sucupira o la Casa?”.

El nombre de la vieja teleserie se ha convertido en una advertencia.

“Sucupira es el cementerio nuevo, que está muy alejado del pueblo, y nadie quiere terminar allá. Hicimos un gran esfuerzo con los turistas, a quienes también dimos contención; ahora el llamado es a estar en sus casas”, sostuvo el director de turismo, Uko Tongariki Tuki.

Agregó que “no tenemos una categoría de hospital (...) sólo nos salva la solidaridad entre isleños”.