“Chile está al debe. La pandemia nos puso un poco más atrás, pero antes de la pandemia tampoco éramos los líderes en trasplante” , sostuvo esta mañana la ministra de Salud, María Begoña Yarza, mientras visitaba a los niñas y niños del Hospital Dr. Luis Calvo Mackenna, para reforzar el llamado a la donación de órganos y tejidos.

Allí, la autoridad de Salud recibió la donación de ejemplares del libro Se busca Corazón, de Editorial Zig-Zag, los cuales serán distribuidos a las aulas hospitalarias del país y cuyo contenido busca abrir la conversación respecto a la donación de órganos en niños, niñas y adolescentes.

En esta línea, la ministra destacó que el impacto que causó la pandemia si bien fue alta en la donación hacia adultos, fue aún mayor para en infantil.

“En los adultos estamos en cifras parecidas a lo que teníamos el 2019, y el impacto en infantil ha sido aún mayor (...) A partir de este año, se ha visto una reactivación, sobre todo en los últimos 3 meses, de la donación de órganos”, sostuvo. Esto, explicó, ya que durante la pandemia todos los equipos estaban en función del coronavirus.

“Y por tanto la disponibilidad de camas críticas y de equipos para poder hacer la pesquisa y el acompañamiento de los donantes no era posible realizarla. Estos últimos tres meses hemos crecido y ya llevamos alrededor de 177 donaciones, o sea trasplantes, y eso es una cifra casi parecida a la que tuvimos el 2019″.

Según los datos publicados en el sitio Yo Dono Vida del Minsal, de enero a junio del 2021 se realizaron 146 trasplantes, mientras que el 2019 en ese mismo período se realizaron 219.

Respecto del libro, Yarza indicó que esto era “un cuento dulce pero generoso”.

Lo que nos recuerda esto es que los temas de donación de órganos no son solo una explicación desde la técnica o biomedicina, sino que tiene que incorporarse en la cultura de nuestra gente, de la población, y tiene que partir desde muy pequeños”.

“Tenemos que incorporar el tema de la donación de órganos desde la infancia”, añadió.

“Países muy cercano a nosotros, como Uruguay, han instalado este tipo de práctica y hoy tienen excelentes resultados (...) La invitación es que estrategias como esta, de entregar de forma lúdica con contenido en libros, a mi me encantaría que estuviera en los contenidos de la enseñanza formal de nuestros niños, niñas y adolescentes para que tengamos efectivamente una sociedad en donde la donación de órganos no sea excepcional, sino que sea hecha de forma mucho más cotidiana y frecuente”, puntualizó.