En la esquina de Chacabuco con Santo Domingo, en plena comuna de Santiago, se encuentra un paño de unos 3.000 m2 que puede convertirse, a miles de kilómetros de Medio Oriente, en un símbolo de paz y unidad entre judíos y musulmanes.

Hoy, durante una ceremonia a la que asistieron el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, y los presidentes de ambas comunidades en Chile, el ministro de Bienes Nacionales, Felipe Ward, hizo entrega oficial de un terreno fiscal recientemente recuperado, que había permanecido bajo una toma ilegal. El céntrico espacio albergará centros culturales de ambas denominaciones, con el objetivo de edificar un lugar de encuentro y de fomento del diálogo y la coexistencia pacífica.

"Cuesta a veces creer que desde una ceremonia o una primera piedra vamos a poder construir una plaza del encuentro, pero yo lo veo así", aseguró Ward.

El proyecto musulmán que se emplazará en el terreno consiste en un futuro Centro Cultural Árabe-Islámico, con una superficie de 1.500 m2. Se enfocará en la difusión del arte, la religión y el aporte de esta cultura en distintas áreas. Además, contempla un espacio de oración. Se estima que la construcción será entregada en un plazo máximo de dos años y requerirá una inversión estimada en más de $ 2.484 millones.

En tanto, la propuesta de la comunidad judía se centra en un Museo Memorial, en conmemoración de las víctimas del Holocausto. Este proyecto también tiene como plazo máximo dos años y se emplazará sobre una superficie equivalente. La inversión ascenderá a unos $ 6.900 millones.

"Creo que esto es un primer paso en el cual la comunidad musulmana y nosotros empezamos a construir un espacio de encuentros", resaltó el presidente de la Comunidad Judía de Chile, Gerardo Gorodischer.

Fuad Musa, presidente de la comunidad musulmana chiita de Chile, destacó su disposición "a trabajar en conjunto con todo tipo de organizaciones que deseen la paz".