El legado que Gabriela Mistral dejó al morir en manos de su amiga y albacea Doris Dana fue algo así como un tesoro que comenzó a crecer simbólicamente con el correr del tiempo. Luego de la muerte de Dana, en 2007, los valiosos materiales llegaron a Chile donados por la sobrina de esta, Doris Atkinson, lo que fue recibido como gran acontecimiento. Pero hasta hoy esta herencia había sido conocida por unos pocos, y es justo hoy, cuando se cumplen los 120 años del nacimiento de la poetisa, que el legado se exhibe en su ciudad natal, Vicuña.

Se trata de libros, documentos, fotografías de sus álbumes personales, manuscritos de sus más importantes obras y archivos de audio con su voz. Y quizás en lo que es lo más importante, se develan aspectos íntimos que permiten echar luz sobre el aspecto creativo que iluminó el trabajo poético de Gabriela Mistral, una figura que aún es vista bajo el manto del misterio y el desconocimiento.

Luego de itinerar por Calama, Antofagasta y Montegrande, la exposición titulada Chile, o una voluntad de ser. Legado de Gabriela Mistral, se exhibe desde hoy en el Museo Gabriela mistral de la ciudad de la IV Región, con presencia de la Directora de la DIBAM, Nivia Palma, el Director del Museo Gabriela Mistral de Vicuña, Rodrigo Iribarren, el Alcalde de Vicuña, Fernando Guamán, el Director del Archivo del Escritor de la Biblioteca Nacional, Pedro Pablo Zegers, y el Gerente General de Minera Gaby, Eliseo Pérez Delard.

La Directora de la DIBAM hará entrega además al Museo de Vicuña de nuevos y valiosos objetos pertenecientes al Legado de la Premio Nobel que ha recibido la DIBAM; se trata de dos mantas guatemaltecas, que tienen bordados el nombre de la poetisa,  y dos cerámicas veracruzanas que pertenecieron a Gabriela Mistral.

Son más de 50 documentos que presentan variados aspectos de la vida de la autora de Tala, desde su particular modo de escribir hasta su relación con Yin Yin (el hijo adoptivo que se suicidó en misteriosas circunstancias), su amistad con importantes intelectuales de su época y los reconocimientos que recibió, entre ellos el Premio Nobel de Literatura.

La historia de cómo este legado llegó al país tiene esos componentes inusuales pero que de alguna manera tuercen ese ya hábito de afirmar que Mistral ha recibido el "pago de Chile", esto es, un reconocimiento no acorde con su importancia mundial. El destino del valioso material estaba destinado a permanecer en EEUU de acuerdo a las décadas en que había permanecido en ese país luego de la muerte de la poetisa en 1957 y bajo la administración de Doris Dana. Pero al morir, su sobrina Doris Atkinson recibió el "encargo" de decidir qué hacer con la herencia. No fue una tarea fácil, vistas las presiones que Atkinson recibió para que este legado se quedara en ese país, pero su determinación a devolverlo a Chile primó como parte de una consecuencia lógica de regresar al origen de la historia, en un acto quizás de justicia tardía hacia la escritora nacional.