Fue en el cónclave de la UDI, el 12 de enero de 2013, donde Laurence Golborne fue proclamado como el abanderado del gremialismo. Con el apoyo del partido, se lanzó a la carrera presidencial prometiendo participar de las primarias y enfrentarse a su contrincante de RN, Andrés Alllamand.

Transcurrieron sólo 107 días de campaña, cuando los diversos cuestionamientos por su pasado empresarial, hicieron bajar la candidatura de quien fuera en su minuto el ministro más popular del gabinete del Presidente Sebastián Piñera.

El llamado caso Cencosud, fue el primer golpe a su competencia por el sillón presidencial, ya que la misma Corte Suprema condenó al holding por cláusulas abusivas y alzas unilaterales en los costos de mantención de su tarjeta Jumbo Más, proceso que se inició por una demanda colectiva del Sernac en 2006, año en el que Golborne ejercía como gerente general de la empresa.

Las críticas se hicieron sentir rápidamente desde todos los sectores políticos, incluyendo a rostros de su propio conglomerado. Tal fue el caso de la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, quien sostuvo que "si uno es candidato tiene que responder de todas sus actuaciones en el pasado".

En la misma línea, Allamand también se refirió a este fallo y llamó a Golborne a "dar explicaciones". Tales declaraciones generaron un fuerte desencuentro entre la UDI y RN, lo que motivó al entonces abanderado del gremialismo a dar explicaciones.

"Uno debe asumir las decisiones que se tomaron en un minuto, la empresa tomó una decisión que me correspondió llevar adelante y, por ende, no me corresponde hoy día juzgar qué hubiese ocurrido en situaciones diferentes. Uno obedece las instrucciones y las directrices que se establecen a nivel de un directorio y es la persona responsable de llevarlas a la práctica en la posición que me correspondía a mí", dijo.

De inmediato se dejó sentir una respuesta por parte del actual gerente de Cencosud, Daniel Rodríguez, sostuvo en El Mostrador que "hay una administración, existe un gobierno corporativo y obviamente hay decisiones del día a día en las cuales la administración se tiene que hacer cargo y yo como gerente general de la compañía me hago responsable de las decisiones de la compañía".

Pero fue este domingo una nueva información -sobre supuestas irregularidades en su declaración patrimonial- que terminó por bajar su candidatura.

Salió a la luz pública una sociedad en las Islas Vírgenes, donde existe un paraíso fiscal, la que no fue declarada antes de asumir como ministro. En su declaración de bienes el ex candidato omitió su participación en la sociedad Sunford Managment Corp, en la que hasta hace cuatro meses participaba con el 10%, que representan unos $1.400 millones.

Si bien aclaró haber hecho todo bajo el amparo de la ley, rápidamente este nuevo episodio puso en jaque su candidatura para los ojos de la UDI, lo que terminó finalmente en su bajada presidencial.