Señor director

Estos días se encuentra en su última etapa el proceso de consulta a pueblos indígenas que está desarrollando el gobierno relacionado con el proyecto de reforma constitucional que presentará al Congreso. Quiero llamar la atención sobre el riesgo que representa visualizar este proceso como un tema que compete solo al gobierno -como promotor del proyecto-, al Congreso Nacional -que deberá discutirlo posteriormente- y a los pueblos indígenas: es decir, como un proceso de negociación política entre el Estado y ellos, al que el resto de los chilenos asistimos como espectadores.

Creo que este proceso debe interpelar a todos los chilenos, indígenas y no indígenas. Se trata de señalar en nuestra Constitución Política cuál es la fórmula que nos queremos dar para regular la convivencia con los pueblos indígenas. Esto incluye el necesario reconocimiento de su existencia -ninguna Constitución lo ha hecho desde que existimos como república- pero además el reconocimiento de sus derechos. Sobre esto, nadie discute que debe reconocerse el derecho a mantener sus tradiciones, costumbres e instituciones propias. Hay otros temas, en cambio, que generan mayor controversia, como la afirmación de Chile como Estado plurinacional, la generación de fórmulas de participación política especiales en el Congreso o la regulación de estatutos autonómicos para ciertos territorios.

Es entendible que muchos de estos temas generen dudas o temores. Pero más allá de las diferencias que naturalmente existen, el proceso de consulta indígena en curso nos debe motivar a reflexionar sobre cómo vamos a delinear en la Constitución el país que queremos construir, uno que incluya efectivamente a los pueblos indígenas.

Sebastián Donoso

Abogado y profesor de Legislación Indígena UC