El cine de horror es un territorio donde la producción española no sólo ha sabido clavar su bandera con éxito comercial: también es un ámbito en el que, por la vía de las atmósferas y el desarrollo de personajes, ha marcado diferencias con las tendencias efectistas que se han impuesto en Norteamérica y el Lejano Oriente. Un ejemplo reciente fue El orfanato, cuya protagonista, Belén Rueda, se repite ahora en Los ojos de Julia, tal como Guillermo del Toro en la producción. La cinta, que se emparenta menos con el cine de hoy que con tonos, ritmos y climas de un celuloide ya ido, sigue los pasos de una mujer cuya hermana es llevada a la muerte por un tipo que vive a escondidas del mundo. Alguien a quien debe encontrar a tiempo, para no correr la misma suerte. Todo ello, en medio de una lograda inmersión en el sentido de la vista como ventana al mundo, como el lugar de los miedos, las fragilidades y esperanzas. Es cierto, se le arranca la moto de la sensiblería y cada tanto debe pasar revista a uno que otro cliché del género. Pero el solo hecho de tomarse en serio los dolores que explora y a los individuos que los padecen, pone a esta cinta en una liga superior.

Los ojos de Julia
Dir.: Guillem Morales. Con Belén Rueda, Lluís Homar, Pablo Derqui. 112 minutos. Terror.
España, 2010.
Mayores de 14 años.