ENTRE LA TERNURA Y LA RUDEZA
por Daniel Villalobos

El filme del director de Machuca sobre la cantautora más importante de Chile no es la típica biografía ni tampoco otra rapsodia desatada sobre el dolor del artista incomprendido. Esto no es, por suerte, La vida en rosa. La Violeta Parra de esta cinta (magníficamente interpretada por Francisca Gavilán) es una mujer que sufre, que llora y que tiene el final trágico que todos conocemos, pero no es una víctima.

En su ir y venir entre el tiempo y el espacio, este retrato arma un personaje que consigue casi todo lo que desea: el oficio de los cantores, el aplauso de los mineros, el aprecio de la alta cultura parisina, el amor de un hombre más joven.

Pero la artista quiere más. Y en su afán puede ser egoísta, hosca, incluso cruel. Esa contradicción entre la ternura con que mira al país como grupo y las ideas fijas que la hacen perder de vista a sus más  íntimos, Wood la filma de cerca, con una cercanía tibia inédita en su filmografía hasta ahora, una cercanía apenas presente en La buena vida y que se arriesga -para bien- al exceso y a lo ambiguo.

El relato salta entre épocas y lugares pero, si su fidelidad a los datos históricos podría discutirse, está fuera de duda su calidad como experiencia en pantalla. Esta bien puede ser la película más vistosa y ágil que haya estrenado su director.

Violeta obtiene casi todo y su tragedia es querer más, aspirar a un proyecto (la carpa de La Reina, "la universidad del folclore") que sale del ámbito personal y atañe directamente al grupo. Su propio país. Fundar los límites de la república invisible que ella ha acarreado desde Chillán hasta París.

El personaje como territorio, el territorio como escenografía y la escenografía -la carpa- como tumba. Es simplemente adecuado que, en una historia donde vemos a Jesús revivir en el escenario para anunciar la próxima función, la muerte real ocurra en el límite opaco entre el arte, el oficio y la vida cotidiana.

Esta es la historia de una mujer que se instruye a sí misma en un arte que considera único y termina siendo una maestra sin alumnos. Casual o no, la imagen de Violeta Parra sola en su carpa en medio de los matorrales es también postal de un país donde la tradición se disuelve sin respetarse y donde los genios desaparecen sin encontrar a sus iguales.

Violeta se fue a los cielos
Director:
Andrés Wood
Actores: Francisca Gavilán, Cristián Quevedo, Patricio Ossa.
Duración: 110 minutos, Chile, 2011
Todo espectador (sobre 7 años)

UNA HISTORIA CORRIENTE
por Daniel Villalobos

Hal Jordan, un piloto de avión con mucho estilo y un secreto trauma familiar relacionado con su padre, es elegido por un anillo. Pero no cualquier anillo, sino una de las joyas de poder que un cuerpo de guardianes de distintos planetas usan para defender la galaxia.

Linterna Verde es uno de los personajes menos conocidos del universo de la editorial DC fuera del grupo de los lectores de historias. Paradójico, ya que sus poderes van a la par con los de titanes como Superman o Shazam. Por eso resulta extraño que un héroe con semejante don haya quedado atrapado en una historia tan corriente. Los personajes reaccionan a los eventos que presencian -un viaje a otra galaxia, una amenaza capaz de arrasar la Tierra- con la liviandad digna de una serie cómica.

Abundan los chistes, las frases para el bronce y la sensación general de que nadie se toma demasiado en serio el material. Esa actitud, que hizo tan divertido al Iron Man de Jon Favreau, aquí termina agotando.

Como cine de acción y fantasía, Linterna Verde es apenas correcto.

Linterna Verde
Director:
Martin Campbell
Actores: Ryan Reynolds, Blake Lively
Duración: 114 minutos, EEUU.
Todo espectador (sobre los 7 años)

FUNCIONA LA COSA
por Gonzalo Maza

Boris es un intelectual neoyorkino, gruñón y solitario, que recibe en su departamento a una chica provinciana, y termina enganchado con ella a pesar de sus excéntricos familiares que vienen a visitarla. Pese a ser un quejoso personaje, lo que hay detrás de la siquis de Boris es cierto miedo a entregarse y al compromiso, y ahí radica su cómica tragedia. No es raro constatar que el motor principal de todo comediante sea el miedo: para conocer en profundidad lo ridículo, hay que sentir un temor muy profundo al resto de las personas, al absurdo de la vida social y a la muerte. Al comienzo de su carrera, Woody Allen envasó esa neurosis en un tipo de personaje maniático y sexual que disparaba frases punzantes e ingeniosas. Derivado de ese estilo de humor, Larry David hizo lo propio en TV. Es natural, entonces, que el encuentro de ambos en esta película (Allen como director, David como protagonista) haya causado cierta ansiedad previa y decepción posterior entre quienes gustan de este tipo de comedia, y que la recibieron para su estreno con críticas devastadoras. Sin embargo, ni lo uno ni lo otro le hace verdadera justicia a esta humorada que se encuentra en la medianía simpaticona y gentil de los miedos más antiguos del hombre. No es tanto, pero tampoco es tan poco.

Si la cosa funciona
Director:
Woody Allen.
Actores: Larry David, Evan Rachel Wood, Henry Cavill.
Mayores de 14 años

ISLA DE HISTORIAS Y LUGARES COMUNES
por René Martín

La adolescente Claire llega junto con su madre a una pequeña isla en las costas de algún país con gran mezcla de acentos difíciles de identificar -riesgos de las coproducciones-. Claire, deprimida producto de la muerte de su amado, conoce a Celia (Lynn Redgrave, desperdiciada en este rol) una ermitaña escritora que comienza a relatarle la mejor historia de su autoría, tan llena de lugares comunes y cosas que se ven venir a un kilómetro de distancia, que no es difícil entender por qué la siguen rechazando las editoriales.

Menester es que la historia de Celia no sea tan ficción y que toque ¡justo! los puntos más sensibles de Claire. El relato dentro del relato es el de Silly (Kirsten Dunst), la hija de pescador que, según los habitantes del sector, carga una maldición que puede explicar los problemas por lo que está pasando la comunidad.

Deeply es una película de fantasía, con rasgos de cuento infantil y de representación de teatro de escuela. La fantasía está en creer que Kirsten Dunst podría llegar a ser creíble como una pobre y amachada hija de pescador. Su carácter de cuento infantil corre por la ingenuidad de sus imágenes y su cuidado en que nada sea muy terrible o difícil de solucionar, con excepción del aleccionador final "difíciles lecciones". El teatro escolar se ve en una puesta en escena pobre, torpe y a ratos repetitiva. Con todo lo anterior, se podría pensar que Deeply es una pésima película, pero no lo es hasta el hartazgo. Algunos la encontrarán romántica y hasta les gustará. Y es que no es una historia tan mala, lo que pasa es que está muy mal contada.

Deeply
Director:
Sheri Elwood.
Actores: Kirsten Dunst, Lynn Redgrave, Julia Brendler.
Duración: 101 minutos, Canadá / Alemania, 2000
Todo espectador