POR SU naturaleza, en el debate democrático a veces cuesta llegar a consensos. No cabe duda de que la discusión sobre la reforma tributaria es uno de esos casos.

Comparando con el resto del mundo, Chile se destaca por una colaboración constructiva entre el mundo académico y las entidades públicas. En particular, la investigación rigurosa ha permitido mejorar la administración tributaria, e incluso otros países tienen a Chile como ejemplo. Este es un activo que no se debe menospreciar.

Existe acuerdo transversal sobre la necesidad de implementar medidas que disminuyan la evasión de impuestos. Es justamente en este ámbito donde los estudios rigurosos pueden aportar información importante. Chile ha estado en la frontera internacional con respecto a este tipo de investigación, y esperamos que tras la reforma tributaria esta cultura de constante aprendizaje permanezca y se fortalezca.

Incluso comparándolo internacionalmente, el SII tiene un Departamento de Estudios que se destaca por la preparación y competencia de sus funcionarios. Por esto, no es casualidad que sea una de las administraciones tributarias pioneras en utilizar la metodología más rigurosa para evaluar el impacto de sus políticas y programas: las evaluaciones aleatorias.

Dentro de estos esfuerzos, está la colaboración con Dina Pomeranz -coautora de esta columna y profesora afiliada a J-PAL- para estudiar cómo disminuir la evasión del IVA. Se seleccionó aleatoriamente un grupo de empresas a las que se les informó sobre medidas de fiscalización enfocadas en ellas. Al comparar su pago de IVA con empresas que no recibieron notificación, se pudo estudiar determinantes de la evasión. Se detectaron sectores económicos que sobrerreaccionaron al riesgo de fiscalización, identificando actividades sospechosas. También se determinaron eslabones en la cadena del IVA donde es más eficiente concentrar esfuerzos de inspección. Sólo el impacto directo de las cartas aumentó la recaudación miles de millones de pesos. Estrategias similares se han adoptado en otros países, y la experiencia de Chile es mencionada como modelo.

A pesar de las fortalezas del SII, la evasión ha visto un incremento no menor en los últimos años. Se estima que la evasión del IVA alcanza unos US$ 7.200 millones anuales. La reforma pone como meta tratar este punto e identifica como una de las causas de la evasión el estancamiento que ha sufrido el SII en su proceso de modernización. Se propone aumentar la dotación de planta en 688 funcionarios hacia el 2017.

Dado el valor de la investigación rigurosa para el mejoramiento de la administración tributaria, esperamos que parte de los esfuerzos adicionales se utilicen para seguir evaluando rigurosamente las políticas y programas del SII. De esta forma, el SII podrá potenciar su tradición de investigación, acumulando evidencia para mejorar la gestión del sistema y fundamentar el debate de futuras reformas tributarias.

Detrás de los desacuerdos políticos sobre los distintos aspectos del sistema tributario, no perdamos de vista las fortalezas del sistema chileno. La fuerte tradición de mejora continua y de colaboración entre el mundo académico y político son cualidades que valen la pena proteger, ya que permiten fundamentar el debate con evidencia, fortaleciendo las políticas públicas del país.