SEÑOR DIRECTOR

Fuerte polémica ha generado la reacción del rector Sánchez de la PUC, en atención al izamiento de la bandera de la universidad en señal de duelo, por la promulgación de la ley que despenaliza la interrupción del embarazo en tres causales.  El debate se centra en revisar si la universidad puede tener una posición confesional de carácter institucional, en el contexto de ser una entidad de educación superior que respeta el pensamiento divergente dentro de su comunidad. En efecto, una universidad privada y católica tiene el perfecto derecho de ser una institución de carácter confesional.

No obstante, resulta paradójico que esa misma universidad quiera tener un estatus parecido a una institución de educación superior estatal, argumentando que es una casa de estudios superiores con vocación pública. La PUC es una corporación que participa de la personalidad jurídica de la Iglesia Católica y que naturalmente adhiere a sus pensamientos y valores, con una visión particular y parcial de la realidad.

En estos momentos donde "lo público" toma valor por sobre "lo privado", es importante aclarar que las instituciones estatales buscan dentro de su misión asegurar el pluralismo, la diversidad, la libertad de pensamiento y expresión, desarrollando sus funciones en el contexto de los valores republicanos de nuestro Estado; merecen entonces un apoyo decidido de éste, porque entre otras cosas, están abiertas al enorme abanico de pensamientos que existe en la sociedad.

Daniel Burgos Bravo