Cristián Mac Entyre es un pintor argentino al que su daltonismo no le supone un gran problema, porque tiene su propia paleta de colores y sus obras "no responden a un modelo real", ya que plasma "más un paisaje interior que uno exterior".

Mac Entyre explicó que en su infancia pintaba "los árboles al revés" y nadie le decía que estaba mal y confiesa que suele tener dificultades a la hora de distinguir ciertos tonos, lo cual no le impide ser un prolífico artista.

"Si fuera una pintura hiperrealista habría un modelo con que comparar la obra, pero al ser algo más abstracto uno tiene la libertad de plasmar su mundo interior, y ahí vale que un pasto sea rojo", argumenta Mac Entyre, que hoy presenta en Buenos Aires su exposición "Colores y formas".

Pero más allá de su curioso proceder con los colores, este pintor, nacido en el porteño barrio de Barracas en 1967, destaca por la variedad y extensión de su obra, que incluye collages, óleos y acuarelas, bailarines de tango, paisajes y muchos elementos musicales.

Los estilos cambian del arte figurativo al geométrico pasando por parejas bailando en pastel y collages monocromos o de explosivos tonos.

Cuando uno ve todo eso junto, efectivamente, se pregunta cómo puede ser que un mismo artista pinte en la misma época cuadros tan diferenciados.

"El común denominador es el artista", explica, "uno es uno, ninguno y cien mil, el mismo día ríes y lloras, estás contento y divertido; con la pintura ocurre lo mismo, un día puedo pintar un cuadro geométrico y al siguiente querer un abstracto, y luego un claroscuro", apunta.

Una muestra de estos trabajos se podrá ver en la exposición que se inaugura hoy que, en contra de lo que suelen pedir los galeristas exponer obras de un solo estilo para que el público no se confunda y piense que son de artistas diferentes le permite a Mac Entyre exhibir de una vez todos sus registros.

En tan extenso campo de trabajo destacan varios rasgos diferenciadores.

El primero de ellos, la búsqueda de las formas geométricas porque, afirma, siempre le gustó "sintetizar las formas".

Hijo de un artista plástico con claras tendencias geométricas, Mac Entyre ve "que todas las cosas de alguna manera esconden una estructura geométrica, como un copo de nieve o una gota de agua que tienen hermosas formas hexagonales".

También la música, y en especial el tango, ocupan un destacado lugar en los lienzos de Mac Entyre, en los que bailarines desfilan dejando el ritmo del dos por cuatro grabado en la retina de quien contempla los cuadros.

"El tango es el alma melódica del porteño, y de alguna manera su vida", reflexiona el artista sobre esta música que "encierra un montón de temática común como soledad, melancolía, exilio, amor", sentimientos que Mac Entyre refleja a través de "cuadros más rítmicos, abstractos, dinámicos...".

Más allá de las melodías tangueras, los instrumentos musicales tienen otro lugar privilegiado en su pintura.

Aficionado a la guitarra, el pintor la ha convertido en una suerte de musa y la ha hecho protagonista de numerosos cuadros y collages (uno de ellos realizado con piezas de una guitarra).

"Trato de llevar los sonidos a un lenguaje plástico, porque lo visual también encierra un sonido", asegura el creador de cuadros con nombres tan sugerentes como "Vibrattio", "Armonía" o "Construyendo el sonido".

Dedicado a la pintura desde 1997, Mac Entyre prepara actualmente un mural de una pareja de tango bailando de 5,60 por 2,10 metros.