En 1943, el inventor estadounidense Edwin H. Land disfrutaba de unas vacaciones junto a su familia en Santa Fe, Nuevo México. Sus días transcurrían sin mayores preocupaciones, hasta que tomó una foto y su hija de tres años le preguntó por qué no podía ver de inmediato la imagen que había captado la cámara. La inspiración fue inmediata y Land, que en 1937 había fundado la compañía Polaroid, puso manos a la obra: en 1947 presentó un tipo de película que permitiría imprimir fotos casi de inmediato y un año después lanzó la primera cámara instantánea al mercado.

Para 1956, ya se habían vendido un millón de cámaras Polaroid y la empresa tenía presencia en 45 países. Unos cuantos años después, en 1963, se lanzaría la primera película instantánea a color y en 1972 el propio Land aparecería en la portada de la revista Life con un encabezado que decía “Un genio y su cámara mágica”. Cuando llegaron los ochenta, la compañía estaba plenamente instalada en la cultura popular: el artista Andy Warhol había usado las cámaras para captar retratos de estrellas como John Lennon y Deborah Harry, mientras que Miss Piggy y otros personajes de Los Muppets aparecían en diversos avisos de Polaroid.

Hasta que llegaron los 90 y el éxito de la empresa –que en su momento de apogeo a fines de los 70 llegó a tener 21.000 empleados- empezó a esfumarse. Las culpables fueron varias tecnologías que cambiaron radicalmente la industria de la fotografía, como el revelado de imágenes en sólo una hora y la aparición de las primeras cámaras digitales. Polaroid nunca logró adaptarse y en 2001 se declaró en bancarrota. Aunque sus nuevos dueños intentaron seguir adelante con la marca, en 2006 la empresa dejó de fabricar cámaras y dos años después cesó la producción de películas.

Parecía el fin del legado de Land, cuyo nombre aparece en 533 patentes estadounidenses y es superado sólo por Thomas Edison con 1.093.  Sin embargo, no todo estaba perdido y la cámara instantánea poco a poco  empezó a renacer de la mano de iniciativas como Impossible Project (https://eu.impossible-project.com).  Este proyecto empezó a gestarse en 2009, cuando el fotógrafo austríaco Florian Kaps –dueño de la mayor tienda en línea de película para la Polaroid SX-70- se asoció con André Bosman, ex director de fabricación de la planta que Polaroid tenía en Enschede, Holanda.

Su intención era relanzar las películas que usaban cámaras como la SX-70 y 600, y en 2010 iniciaron la venta de sus productos: en un año vendieron 500.000 paquetes de películas. Pero Impossible Project no se detuvo ahí y en mayo pasado presentó la I-1, una nueva cámara analógica e instantánea que capta imágenes tal como lo hacían las antiguas Polaroid. Su primera tanda se agotó en la tienda en línea y durante 2016 la empresa –que ya tiene oficinas en Austria, Alemania, Estados Unidos y Japón- espera vender cerca de 50.000 unidades, cada una de las cuales vale 299 euros.

Para que se revelen adecuadamente las imágenes que capta la I-1 estas deben resguardarse del sol, tal como ocurría con las que tomaban las Polaroid. La diferencia es que ese proceso requiere 25 minutos en lugar cinco, debido a que Impossible Project tuvo que usar en sus películas químicos distintos a los originales y más amigables con el ambiente. Alex Holbrook, encargada de comunicaciones de la empresa, cuenta desde Berlín que el atractivo de la fotografía instantánea va más allá de los usuarios más viejos que añoran la era dorada de Polaroid. De hecho, la cantante Taylor Swift, de 26 años, es una fan del formato y lo usó en la tapa de su último disco “1989”.

“Hemos visto una explosión en el uso de este sistema en los usuarios de 16 a 24 años. Creemos que esto se debe a que esta generación nunca ha experimentado las fotos físicas, así que este mundo les resulta totalmente nuevo. Nunca llevaron las imágenes a un estudio para que las revelaran y tampoco tuvieron una cámara que tomara fotos reales, por lo que esto es casi mágico para ellos. También suele suceder que toman una imagen física y en minutos le sacan una foto con sus celulares para subirla a las redes sociales”, dice Holbrook.

La propia empresa Polaroid se reactivó y además de volver a vender sus productos más clásicos –como la cámara 600 y la SX-70-  decidió lanzar modelos más renovados. Un ejemplo es la cámara instantánea digital Z2300, la cual no sólo imprime sus propias fotos, sino que también graba video en alta resolución (en multitiendas locales se vende a casi $ 180 mil). También lanzó su modelo Pic-300, una cámara instantánea clásica pero disponible en colores como morado, rojo y celeste. “Además, tenemos la Polaroid Snap, una cámara instantánea digital que además de imprimir fotos en segundos también las almacena en una tarjeta MicroSD, lo que permite que los usuarios suban las imágenes a redes sociales”, señala Scott W. Hardy, presidente de Polaroid, desde Estados Unidos.

Reactivación del mercado

Otras empresas también se han lanzado a revivir las fotos instantáneas. Es el caso de la compañía nipona Fujifilm con su línea de cámaras Instax, que vendió cinco millones de unidades en 2015, cifra que supera en un 30% la alcanzada en 2014. Estas cámaras incluso ya cuentan en Chile con una tienda especializada llamada Instax.cl, donde los modelos más baratos cuestan casi $65 mil y el papel para 20 fotos cuesta unos $17 mil. Para los fabricantes, este formato está siendo un salvavidas en medio de la caída en las ventas de cámaras digitales unitarias frente a los cada vez más poderosos smartphones: de hecho, cifras de la Asociación de Productores de Cámaras de Japón muestran que los despachos globales de las cámaras digitales cayeron un 18,5% durante 2015.

Hardy cree que las cámaras instantáneas y los productos asociados pueden ayudar a subsanar ese déficit en ventas: “Hoy en el mundo se toman más de 1,8 mil millones de fotos al día, pero muchas de esas imágenes nunca escapan de los confines de un equipo móvil o simplemente se suben a las redes sociales y caen en el olvido. De hecho, hemos notado que los usuarios suelen imprimir las fotos de sus momentos más memorables o especiales”. Por esa razón, en la edición 2015 de la feria CES, uno de los eventos electrónicos más grandes del mundo, Polaroid presentó su impresora de fotos instantáneas Zip, la cual no ocupa tinta y opera conectada a una aplicación para celulares Apple y Android (en Chile se vende a $ 130 mil).

La última novedad de la empresa es una aplicación para iPhone que fue presentada en agosto y que busca competir directamente con Instagram bajo el nombre de Polaroid Swing. El nombre alude tanto a la cámara Swinger, uno de los best sellers que la empresa lanzó hace  51 años, y a la mecánica misma del software. Básicamente, la aplicación graba un segundo de tiempo y genera una secuencia de 60 cuadros. Al oscilar el teléfono de izquierda a derecha o pasar el dedo por la pantalla (de ahí el término “swing”) la secuencia parece avanzar o retroceder.

La plataforma de fotos móviles fue desarrollada en conjunto con Swing, una startup dirigida por Biz Stone, cofundador de Twitter, y según Polaroid captura momentos tal como los vemos, desde el impacto de una ola hasta un sutil pestañeo. Todo bajo la supervisión del fotógrafo Cole Rise, quien diseñó el logo y los filtros originales de Instagram. “Swing permite que la gente use su creatividad para registrar momentos de una forma divertida y artística. La gente ve y experimenta la vida en movimiento. Swing permite que la gente capture instantáneamente momentos de sus vidas y las comparta en plataformas sociales que son familiares para los consumidores de hoy”, afirma Hardy.

Instax de Fujifilm

Esta línea empezó a ser producida a fines de los 90 por la empresa japonesa, pero hoy ha resurgido con fuerza. Uno de sus últimos modelos se basa en Hello Kitty.

Polaroid Pic-300

Modelo análogo con cuatro modalidades de captura de imagen. Tiene flash automático y si no se usa en cinco minutos, el equipo entra en estado de hibernación.

Polaroid Z2300

Equipo digital que incorpora un visor LCD para ver las imáganes antes de imprimirlas. Tiene ranura para tarjetas SD y su memoria se puede expandir hasta 32 GB.

Polaroid Snap

Tiene un sensor de imágenes de 10 MP y está diseñada para caber en el bolsillo. Las fotos de su impresora integrada genera imágenes en menos de un minuto.

Polaroid Swing

La aplicación permite tomar selfies en 3D con sólo rotar la cámara del celular. Las imágenes luego se pueden compartir en plataformas como Twitter y Facebook.