SEÑOR DIRECTOR

En el trato que le da nuestro país a las ciencias hay algo que no se entiende. Después de múltiples análisis realizados en los últimos años queda claro que la inversión en ciencia, innovación y desarrollo en todas las áreas del conocimiento debe incrementarse. Hemos comparado la inversión de países de la OCDE con nuestro país y hay un consenso entre todos los parlamentarios, entre autoridades de este gobierno y de los anteriores, en el sentido de que es prioritario una mayor inversión en las ciencias.

Además, en la presentación del nuevo Ministerio de Ciencia y Tecnología se ha visto también un importante grado de acuerdo, al incorporarse el estímulo de las humanidades y ciencias sociales y al avanzar en el apoyo a las líneas de innovación y transferencia de conocimiento. De esta manera, todo parece alcanzar un consenso unánime, que no se ve en otras materias de la discusión pública.

Sin embargo, la realidad es otra: los hechos demuestran que el presupuesto de ciencias 2018 recorta los fondos en los principales programas de ciencia e investigación, en especial en los que se refiere a los investigadores jóvenes; es decir, el futuro de la ciencia en el país. Esto no solo ocurre en Conicyt, sino también en los programas de innovación en diferentes ministerios. Esto indigna, ya que no se condice con los consensos y discursos oficiales.

Lo que no se entiende es que las autoridades no tengan una visión de futuro para nuestro país. Esperemos que quien ocupe la Presidencia de la República el próximo año, tome a la ciencia, investigación e innovación como su verdadero legado al país.

Ignacio Sánchez D.

Rector Pontificia Universidad Católica de Chile