SEÑOR DIRECTOR

El aumento del presupuesto nacional en 32% para la cartera de Educación en los últimos cuatro años constituye un registro histórico y coherente con la voluntad programática que el gobierno declaró desde un inicio.

No obstante, es lamentable que pese a la gran inversión poco se haya destinado a reformas literalmente educativas o pedagógicas. El presupuesto se ha concentrado en administración, gestión y cobertura de la educación escolar y superior. En otras palabras, en garantizar una carrera docente, así como el acceso y la inclusión estudiantil a un sistema cuyos fundamentos y orientaciones mantendrán las mismas deficiencias de siempre.

La consigna "educación de calidad" suele darse por sabida, sin generarse el necesario debate para definir qué entendemos por ella. Seguirá pendiente, entonces, la posibilidad de plantear una verdadera reforma educativa: una que actualice currículos, objetivos de aprendizaje, perfiles docentes y metodologías de enseñanza, con miras a formar ciudadanos para el siglo XXI. De ese modo, quedará pendiente hablar y pensar realmente sobre educación.

María Gabriela Huidobro

Decana Facultad de Educación Universidad Andrés Bello