No serían los músicos de Wilco si se hubiesen vuelto histéricos, amenazado con las penas del infierno y pontificado con el discurso de la "descarga ilegal".

Porque como le ha pasado prácticamente a cualquier músico que haya grabado algo en los últimos tres o cuatro años, al conjunto de Chicago, uno de los mejores del rock alternativo de ese país y nombre fijo en las listas con los mejores títulos de la temporada, también le filtraron su último disco por internet antes de la edición formal.

Wilco (the album) estuvo disponible en la web un mes y medio antes de su salida a tiendas, el pasado 30 de junio en Estados Unidos. Pero lejos de tirarse los pelos y calcular las pérdidas -y en la clase de gestos que han vuelto entrañable a esta banda-, apenas se enteraron, los músicos decidieron poner el álbum para la escucha de quién quisiera en su página.

"Como sabemos que son curiosos y que probablemente tienen mejores cosas que hacer que bucear internet en busca de una descarga (aunque entendemos la atracción que tiene lo ilícito), hemos colgado el  álbum completo en la web", se leía en www.wilcoworld.net/ hace poco más de una semana, cuando el mundo ya se enteraba de qué iba uno de los títulos más esperados del año.

Y es paradójico: porque si efectivamente la piratería es robo y la calidad se tuviera que premiar con un par de billetes en la ventanilla, entonces sería obligatorio destinar algo del presupuesto para Wilco (the album).  Incluso en tiempos de crisis y para que otros se llenen los bolsillos.

Suena a lugar común, pero en este caso es pura y santa verdad: Wilco vuelve a las raíces, a las que prensó en su debut A.M. (1995), en este nuevo álbum que, además de imprescindible, es luminoso, melódico y nada experimental.

You never know, el primer sencillo, el que mostraron hace un par de semanas en el  show de Conan O'Brien (en la NBC), es directo "folk rock". Con una voz que recuerda a Neil Young y arreglos de guitarra slide que remiten al My sweet lord, de George Harrison.

Grabado con tiempo y posibilidades, aquí también hay citas a Pavement -en Wilco (the song)-, un gran dueto con la bella Feist -You and I- y algo de sicodelia, esa que ayudó a prensar el recientemente fallecido Jay Bennett (miembro del grupo hasta 2001 y que murió el 24 de mayo pasado), pero sin parada en sentimentalismos.

Esta nave la comanda Jeff Tweedy, el líder natural del grupo que ahora es padre, tiene familia y dice estar viendo las cosas con más optimismo. Con menos melancolía, con un texto claro y las manos limpias de culpa.

De ahí el brillo de canciones como I'll fight, la mejor del disco y la cara más amable de una banda que hoy decide volver a su niñez.