En la película de Batman titulada El Caballero de la Noche (2008), dirigida por Christopher Nolan, hay una historia sobre la importancia del fiscal Dent para combatir el crimen en la ciudad. Sin entrar en detalles (el fiscal tenía varias pifias), simbólicamente era relevante resguardar su imagen, al punto que el mismísimo Batman lo justifica así: “Ciudad Gótica necesita un héroe”.

Una o un fiscal nacional no podrá combatir solo todos los delitos que ocurren de norte a sur en el país, pero sí debe liderar estrategias y empujar cambios institucionales con independencia, legitimidad y en colaboración con otras instituciones y autoridades. Sin embargo, el proceso de elección ha puesto un manto de dudas que sigue golpeando la fragilidad de las confianzas, principalmente por el comportamiento del Poder Legislativo, aunque sin dejar a la sociedad civil y al gobierno libre de culpas.

Lo que ha prevalecido es un festival de notas periodísticas, trascendidos y todo tipo de mensajes por redes sociales sobre las y los candidatos, pero no de sus propuestas. En paralelo, distintas personas, de todos los colores políticos, desplegaron sus artes para influir en los senadores y ubicar en el puesto de fiscal a su candidato. El mecanismo actual de elección de fiscal nacional involucra a los tres poderes. Primero la Corte Suprema escucha, evalúa y propone al Ejecutivo. El gobierno elige un nombre y lo propone al Senado, el que interroga y luego vota a favor o en contra.

Pues bien, el Senado ha rechazado a dos personas, un hombre y una mujer. El primero estuvo a dos votos de lograrlo, pero falló el apoyo de algunos independientes, otros de la coalición de gobierno y la abstención de varios RN. En el caso de la segunda, la mujer, ella fue rechazada por toda la UDI, varios de RN y un PPD. Este último senador le mandó un recado al gobierno por la prensa: “aquí el tema de género no corre”, sin antes escuchar ni una palabra de la propuesta de los candidatos.

La candidata rechazada decidió dar entrevistas a medios de comunicación tras la derrota. Describió el proceso que vivió: “sin redes es muy difícil llegar a ser fiscal nacional”; agregó que en el hemiciclo nadie le preguntó por su trabajo en la Unidad Anticorrupción; aseguró que el rechazo de senadores de la UDI (Moreira a la cabeza) y del PPD Pedro Araya estaría relacionado a sus actuaciones de persecución penal contra ellos o algún familiar: “he tenido que pagar un costo por mis investigaciones” relacionadas a casos de corrupción y política.

A vista y paciencia de todos, se boicotea políticamente el proceso de la elección de una o un nuevo fiscal en un momento clave en el país. El gobierno será presa fácil sino es capaz de ordenar sus vocerías, jerarquizar sus argumentos, transparentar sus razones para presentar candidaturas y defender a brazo partido la independencia de los poderes del Estado. Ciudad Gótica necesita un héroe o heroína independiente del poder político.

Por Paula Walker, profesora Escuela de Periodismo Usach