A partir del estudio "Proyección del número de titulados de carreras  de pedagogías en Chile hacia 2023", preparado por el Foro Aequalis Educación Superior, se ha generado una preocupación creciente por este tema que, de no ser seriamente advertido y remediado, puede generar graves consecuencias para el funcionamiento del sistema escolar de nuestro país. El estudio alerta sobre la caída de los titulados de Pedagogía en un 46%, si se considera que en 2014 estos fueron 16 700 y que, en proyección, al año 2023 llegarían a poco más de 9000. Si se considera los matriculados nuevos en las carreras pedagógicas, éstos han descendido de 25 000 en 2009 a 16 500 en 2018, una tendencia que afecta prácticamente a la totalidad de las pedagogía, pero que golpea con especial fuerza la formación de educadores de párvulos y de educación básica y a asignaturas como lenguaje y comunicación, matemáticas, ciencias, educación física, filosofía y religión tanto en educación básica como en media.

Este déficit está provocado por causas estructurales que, a pesar de esfuerzos recientes muy positivos, provocan efectos  no previstos que tienden a agravar la situación.  Un ejemplo lo grafica: las disposiciones de la ley 20 903 de 2016, exigen un aumento en los puntajes de corte para el ingreso a las pedagogías, lo que se ha traducido  en un positivo mejoramiento de los puntajes de ingreso, pero ha limitado el número de postulantes. Por otra parte, la misma ley dispone un aumento de la proporción de las horas no lectivas respecto de las lectivas, lo que mejora fuertemente el ejercicio docente, pero a la vez aumenta la demanda de profesores. Si a ello se suma el hecho que del total de profesores que sirven en el sistema, un 11% (27 000 aproximadamente) son mayores de 60 años, se comprende la profundidad del problema develado por el estudio de Aequalis.

La palabra la tiene, primeramente el Ministerio de Educación, pero también las Universidades, que son las que forman a los profesores de todo el sistema escolar. Habrá que generar más y mejores políticas de mejoramiento de la profesión docente por parte del Estado, pero también habrá que mejorar los curricula de formación, las políticas de retención y titulación de estos profesionales y habrá que generar planes especiales de habilitación docente, novedosos atractivos y de gran calidad que ayuden a detener el déficit y asegurar el normal funcionamiento de nuestra educación escolar.

Hoy el déficit de profesores es ya un hecho que tensiona a toda la educación escolar. El país tiene que saber resolverlo.