SEÑOR DIRECTOR

La evidencia ha demostrado que la lucha descarnada por la audiencia en la TV ha pasado desde el tradicional reality show o la cobertura de farándula, a los asuntos públicos, donde los actores políticos banalizan su función para obtener la aprobación de conductores o televidentes.

Lo señalado, no solo desprestigia el quehacer de nuestros representantes, sino que traslada discusiones complejas, que deben ser reflexivas y de largo aliento, a la inmediatez que exigen los medios de comunicación masiva.

Es responsabilidad de políticos y comunicadores ponderar adecuadamente el actual escenario, cumpliendo responsablemente el rol social que les asiste. Hoy los necesitamos más que nunca.

Daniel Burgos Bravo