SEÑOR DIRECTOR

Desde hace algunos años se viene planteando como una de las principales respuestas frente al problema de la criminalidad la ampliación de las facultades policiales para controlar personas en la calle. Hasta el año 2016, la policía podía hacer eso siempre que pudiera identificar situaciones sospechosas, que es como esto funciona en todo el mundo civilizado. En ese año se planteó la necesidad de ampliar esas facultades suprimiendo la exigencia de la sospecha, y después de un amplio debate se aprobó esta innovación, pero se estableció la obligación del Ministerio del Interior y la policía de publicar cifras sobre el desarrollo de los controles, con el fin de evaluar su funcionamiento.

Las cifras en cuestión no se publicaron y tampoco se produjeron otro tipo de evaluaciones que permitieran saber cómo estaba funcionando el nuevo control de identidad. A pesar de eso, el gobierno y el Congreso han venido avanzando en un proyecto de ley que amplía esta facultad a control de menores de 18 años y otorga a las policías facultades adicionales de registro. Es decir, se ha decidido expandir una política pública sin tener ningún conocimiento acerca de su funcionamiento ni efectividad.

Afortunadamente, un grupo de investigadores de la UDP demandaron a la policía judicialmente con el fin de obtener las cifras comprometidas, y finalmente la Corte Suprema les otorgo acceso a ellas.

¿Qué nos dicen esos datos? Fundamentalmente tres cosas:

- Que ha habido una utilización masiva del nuevo control de identidad y una disminución muy fuerte del antiguo. El número total de controles anuales se ha más que duplicado.

- Que el nuevo control de identidad tiene una tasa de eficacia mucho más baja que la del antiguo, entendiendo por tal el número de controles necesarios para producir una detención, que a su vez puede dar lugar a un proceso penal.

- Que el resultado final del enorme número de controles policiales que actualmente se realiza es casi idéntico al que se obtenía con un número mucho más bajo de controles con sospecha.

Desde el punto de vista de la eficacia, se logra lo mismo con mucho más esfuerzo.

Cristián Riego

Profesor UDP