SEÑOR DIRECTOR

Me parece notable el desparpajo de cierta izquierda que intenta atribuir al ministro del Interior su responsabilidad por la participación de civiles en el desalojo de municipalidades ocupadas ilegalmente por dirigentes mapuches, que presionan para liberar a algunos de los detenidos, que califican como “presos políticos”.

El pecado del ministro habría sido haberse atrevido a visitar una región donde desde hace meses campea el terrorismo, y pedir a los alcaldes que hagan uso de sus atribuciones para desalojar las municipalidades ocupadas. Eso sería una provocación a las “pacíficas demandas” de un grupo de subversivos que asola La Araucanía, autodesignándose la calidad de representantes del pueblo mapuche.

Sin duda debe rechazarse que los civiles se arroguen la facultad de asumir la justicia en sus manos. Pero al menos habría que considerar en el análisis de esta lamentable situación el creciente hastío de la ciudadanía ante el impune terrorismo que impera en la zona, envalentonado por la pasividad de un gobierno temeroso de que la izquierda lo estigmatice como represor del pueblo y violador de los derechos humanos.

Así, todo indica que la situación seguirá empeorando mientras no haya alguna posibilidad de diálogo racional, que por el momento se aprecia muy lejana.

Miguel A. Vergara Villalobos