Han proliferado las recriminaciones al interior de Chile Vamos luego de que 13 de sus diputados -nueve de Renovación Nacional, y cuatro de la UDI- votaran a favor de la reforma constitucional que promueve la oposición para autorizar el retiro de fondos de pensiones. Un hecho de esta naturaleza ha constituido un duro golpe para el gobierno y para su comité político, dejando a la vista manifiestas debilidades para ordenar a la coalición y mantener vínculos fluidos con las fuerzas parlamentarias. Con razón el ministro del Interior reconoció que “constituye un traspié muy importante. Como gobierno y oposición tenemos que aprender a hacer mejor las cosas”.

La coalición debe reflexionar sobre las razones que permitieron el avance de un proyecto que no solo representa una solución regresiva, sino que además alienta a aquellas fuerzas que han abogado por un desmantelamiento del sistema previsional. La renuncia de ocho parlamentarios de Renovación Nacional a su bancada y la decisión del gobierno de suspender el comité político ampliado con los partidos de Chile Vamos, es indicativo del mal momento que vive el bloque y de las dificultades que se avecinan para volver a actuar en forma cohesionada, lo que será clave una vez que el proyecto pase al Senado.

Los parlamentarios que optaron por promover una reforma ajena al ideario de la coalición que representan tienen la principal responsabilidad de lo sucedido, en particular porque si el objetivo era presionar por un paquete fiscal más robusto en favor de la clase media, hubo disposición del gobierno hasta último momento para mejorar la propuesta, lo que terminó siendo ignorado. Los 30 diputados oficialistas que optaron por abstenerse -entre los que se cuenta al propio presidente de Renovación Nacional- también han enviado una señal muy equívoca, contribuyendo a que cunda la errada noción de que el retiro de fondos de la AFP es preferible a la alternativa de un plan fiscal bien diseñado en apoyo de los sectores medios.

Pero las directivas de los principales partidos de Chile Vamos no pueden eludir sus propias responsabilidades, no solo en su incapacidad para haber alineado a todos sus parlamentarios, sino porque a través de actuaciones erráticas o falta de definiciones terminaron alentando un clima que favoreció los votos descolgados. Tal es el caso del presidente de RN, cuyo zigzagueo respecto a la postura que finalmente adoptaría respecto de este proyecto terminó siendo una señal desfavorable. El dirigente reconoce que como coalición debieron alinearse porque el retiro de fondos no es una buena medida para la ciudadanía, lo que hace más difícil de comprender por qué entonces optó por la abstención y no por el rechazo.

La dirigencia de la UDI, a su vez, molesta con el gobierno porque éste no dio curso al veto para permitir la reelección de alcaldes, acusó a comienzos de esta semana al gobierno de falta de conducción política y su presidenta criticó en duros términos la propuesta del gobierno para ir en ayuda de la clase media. Pudiendo ser atendibles las críticas del partido por actuaciones erráticas del Ejecutivo, que han hecho pagar costos políticos a los parlamentarios, parece evidente que no se calibró el efecto que ello podría tener cuando estaban en juego intereses superiores del país.