SEÑOR DIRECTOR

Pareciera ser que las sesiones del Congreso encontraron inspiración en las obras dramáticas de la antigua Grecia, cuando un asunto serio era puesto en escena por personajes nobles y el protagonista, quien por pasión era conducido irremediablemente a un final fatal. En nuestro caso el protagonista somos todos los chilenos.

José Tomás Echeverría