El covid-19 ha generado tensiones a nivel personal, familiar y también institucional. El mejor ejemplo de este último enfoque es la discusión que se ha estado desarrollando estos días sobre el proyecto de ley del post-natal extendido. Pero hay otras áreas institucionales en las que también han surgido nuevos problemas. Una de esas es el derecho de familia.

El derecho de familia es un área del derecho en que la forma de promover resoluciones de conflicto es mediante la colaboración. Es así como muchas veces los problemas se resuelven en instancias de mediación prejudiciales o incluso durante un juicio es posible arribar a una solución que surja de las partes y no de una resolución impuesta por un juez. Pero también existen disputas legales en las que las partes involucradas no logran llegar a un acuerdo y en esos casos es necesario que un tercero imparcial resuelva el conflicto. Lo interesante es que en el sistema de familia todas las decisiones que se adopten tienen que tener una clara orientación, cual es aplicar el principio del interés superior del niño, de forma tal de siempre propender a la protección y estabilidad de los menores.

En cuanto a los nuevos problemas que han surgido en el derecho de familia por el covid-19, uno de estos consiste en que algunos padres y madres separados han decidido suspender el régimen de visitas del otro padre o madre usando como justificación el miedo o riesgo de contagio al virus. Esa solicitud se está haciendo ante los tribunales, y el problema es que en varios casos los jueces han suspendido dicho régimen por el tiempo que dura la crisis sanitaria. Esto, en los hechos, significa que hay niños y niñas que desde hace varios meses no han podido tener contacto directo con su padre o madre. Este distanciamiento se podría extender por varios meses más.

Sabemos que todos estamos haciendo un esfuerzo para evitar contagiarnos porque los efectos de este virus son disímiles en las personas y algunas veces fatales. Pero la gran pregunta es si en esos casos, suspender las visitas es realmente la mejor forma de cuidar a los niños y si dicha medida respeta el interés superior del niño. El cuidado de los niños debe considerar tanto la salud física como mental, y en esta última no cabe duda que la presencia y cuidado de los padres cumple un rol fundamental, en especial en tiempos en que el encierro y la incertidumbre genera muchas veces ansiedad y miedo en ellos. Por lo mismo, preocupa que en varios casos los tribunales de familia hayan suspendido dicho régimen asumiendo que la crisis sanitaria es una razón suficiente para adoptar dicha decisión.

Así como podemos tomar precauciones para ir al supermercado y abastecer nuestras casas de comida, o salir a la calle a pasear un perro, qué duda cabe que un padre o madre puede tomar los cuidados para ver a su hijo o hija evitando riesgos de contagio, entendiendo que ese contacto es una fuente de estabilidad emocional fundamental para aquel menor. Por lo mismo, preocupa el argumento de que la crisis sanitaria es razón suficiente para dejar a los niños sin contacto directo con sus padres. La imposibilidad de ver a sus padres requiere de un argumento más complejo y con antecedentes reales de riesgo de contagio para eventualmente suspender esa relación. El interés superior del niño así lo requiere.