SEÑOR DIRECTOR

Ayer falleció el Padre Percival Cowley, religioso de la Congregación de los Sagrados Corazones. Percival, un gran defensor de los derechos humanos, realizó un destacado ministerio sacerdotal con fe profunda que daba ejemplo, así lo demostró siempre en sus acciones. Condenó de manera categórica cada una de las situaciones de abuso al interior de la Iglesia, poniendo en primer lugar a la persona y luego a la institución, esa siempre fue su enseñanza. Fue un ejemplo a seguir.

La justicia social, la solidaridad, la preocupación por los más pobres y el respeto a la dignidad humana eran sus temas prioritarios, en los que demostraba pasión y compromiso. Escribió múltiples cartas en los medios de prensa, estaba preocupado de aportar su opinión, ya que le interesaba el devenir y el quehacer nacional.

Nos unió una amistad de años, lo conocí como profesor en el colegio, vínculo que se reforzó en el último tiempo a través de un diálogo permanente referente a los desafíos de la universidad. Se desempeñó como profesor UC hace décadas, hace cinco años lo destacamos e hicimos un reconocimiento académico ya que estaba incluido en el grupo de más de cien docentes exonerados en tiempos de dictadura. Siempre lo agradeció de corazón.

Sencillo, humilde, cercano, algo gruñón y polémico, con gran sentido del humor, buen amigo y de gran bondad. Me insistía en que lo tuteara, sin embargo siempre lo traté de usted, por respeto y admiración. Ahora te despido de tú, como te hubiera gustado. Hasta siempre Percival, fuiste un ejemplo y una luz en tiempos difíciles de nuestro país.

Ignacio Sánchez D.

Rector, Pontificia Universidad Católica de Chile