Como una “señal nefasta” calificó la semana pasada la decisión del gobierno de no recurrir al Tribunal Constitucional por la ley que suspende el cobro de servicios básicos durante la pandemia. Y, antes, también cuestionó, en parte, el último cambio de gabinete, especialmente por la salida de Sebastián Sichel del Ministerio de Desarrollo Social. En esta entrevista, la jefa de la bancada de diputados de la UDI, María José Hoffmann, aborda algunos de los episodios que han generado preocupación al interior del gremialismo. Y llama a La Moneda a actuar con mayor convicción y a “escuchar más” a su propio sector.

-Usted y varios dirigentes de la UDI y Evópoli cuestionaron duramente la decisión del gobierno de no recurrir al Tribunal Constitucional por la ley que suspende el cobro de servicios básicos. ¿Qué tan complejo es el precedente que se genera, a juicio de ustedes?

-Es una señal más de una descoordinación permanente entre Chile Vamos y el propio gobierno. El gobierno genera una confusión que ha debilitado nuestro trabajo político. La nueva etapa del cambio de gabinete debe ir corrigiendo estos errores. Y esperaría que tanto el gobierno como el Congreso tuvieran más fuerza en sus convicciones. No hay que tenerle miedo a perder o a tener que explicar nuestra posición.

-¿Esa confusión, descoordinación y debilitamiento que usted menciona se debe a un problema de los ministros o del Presidente Sebastián Piñera?

-Si lo que se quiso corregir en el cambio de gabinete fue esa descoordinación, está claro dónde están las responsabilidades.

-¿Hay una inconsecuencia del gobierno al no haber recurrido al TC, considerando que se les pidió a ustedes no apoyar esa iniciativa?

-Cuando empiezas a ceder y a ceder por temor a perder, inevitablemente tus ideas terminan derrotadas.

-El tema de los proyectos que, a juicio del gobierno, son inconstitucionales, es algo que ha tensionado no sólo la relación entre el Ejecutivo y la oposición. Ha sido un foco de conflicto al interior de la propia centroderecha, entre los partidos de Chile Vamos. ¿Cómo evalúa esa situación?

-El populismo ha calado también en nuestro sector, como si no entendieran que esta es una de las principales amenazas de la democracia. Esa irresponsabilidad de unos pocos genera mucha tensión y problemas en la relación gobierno-Chile Vamos. Así como los parlamentarios tienen que entender que no pueden pasar por encima de la ley y la Constitución por empujar sus propios proyectos, espero que el gobierno aprenda a escuchar más. Cómo no va a ser posible que la acción política del gobierno refleje las sensibilidades de cada partido de la coalición y aprenda de la experiencia y de la diversidad de sus parlamentarios. Ha faltado generosidad y complicidad. Lo más grave del populismo es que juega con las necesidades más urgentes de los ciudadanos sin respetar su dignidad. Por lo tanto, si no le ponemos un límite, esto no sólo amenaza la convivencia de Chile Vamos, sino que también amenaza el futuro de la coalición. Si hay algo que puede fracturar a Chile Vamos es el coqueteo de algunos con el populismo.

-En el bloque se ha cuestionado directamente a legisladores de RN por impulsar este tipo de iniciativas...

-Creo que el problema es mucho más profundo. Tiene que ver con la crisis de la democracia representativa. Algunos parlamentarios creen que sólo deben ceder ante lo que la calle reclama, pero se les se olvida la búsqueda del bien común. El ejemplo del posnatal quizás en esto es muy claro. Cómo no va a ser más justo beneficiar a una mayor cantidad de niños, no sólo guagüitas lactantes, sino de dos, tres años. Las dificultades que instala la pandemia nos obliga a tener una mirada más amplia. La actual propuesta es limitada y regresiva, y focaliza el esfuerzo fiscal beneficiando a muy pocos. Cuando los recursos no son infinitos, la mirada del bien común es una obligación.

-¿Cómo evalúa el rol de los ministros en evitar esto?

-Entiendo que el objetivo del cambio de gabinete fue reforzar el equipo político. Y la mejor señal es que dejemos de hablar de duplas y hablemos más de equipos. La mayoría de las discusiones en el Congreso no son técnicas, son, más bien, políticas. Y la mejor manera de que la voz de La Moneda se escuche fuerte es que los ministros políticos asuman un rol más presente en los debates.

-¿Cuál es su mirada sobre la dupla de los ministros Gonzalo Blumel (Interior) e Ignacio Briones (Hacienda), ambos militantes de Evópoli?

-No me gustan las duplas. Prefiero el trabajo en equipo. Es tan grande el desafío que tenemos como país, las cifras de pobreza y el desempleo al alza, que todo eso requiere el mejor de los esfuerzos y la mayor coordinación política.

-En la UDI y en RN hay una inquietud, justamente, por esa dupla y por el rol de Evópoli, algo que se intensificó tras el cambio de gabinete. ¿A usted le preocupa el poder que ellos ganaron con el ajuste ministerial?

-Para nada. Las nuevas incorporaciones de Claudio Alvarado y Cristián Monckeberg ayudan a consolidar el equipo político.

-¿Cómo está la relación de la UDI con el gobierno?

-Hemos estado permanentemente alineados con el gobierno y hemos pagado los costos de esa lealtad. Ahora, a nosotros no nos preocupan los costos, la UDI nació con un sentido de misión y para defender nuestras convicciones. Nunca le hemos tenido miedo a la impopularidad, pero lo que sí nos preocuparía es la pérdida de influencia en las decisiones del gobierno. No hay ministro que no valore y agradezca nuestro rol en el Congreso y en cada una de las comisiones. Esperaría que esa lealtad y complicidad fuera recíproca.

-Bajo este escenario, ¿cómo está la UDI de cara a los próximos desafíos electorales?

-Hoy estamos enfrentando la pandemia y nuestro esfuerzo está puesto 100% en esta tarea. Tenemos un calendario electoral que vamos a respetar.