Ni los pronósticos de lluvia ni los tacos kilométricos impidieron que la Región Metropolitana disfrutara del primer fin de semana sin cuarentena en mucho tiempo. De hecho, fueron más de 240 mil vehículos los que se trasladaron desde la capital al litoral central, probablemente para disfrutar de la brisa marina, regocijarse entre pescados y mariscos y castillos de arena. Un paréntesis en medio del contexto pandémico.

Aunque hasta por ahí no más, porque la cosa no es llegar, agarrar las maletas y partir al lugar que a uno se le antoje. Por ejemplo, si bien Santiago se encuentra en fase 3 del Plan Paso a Paso, localidades costeras como Algarrobo continúan en la 2. Es decir, con fines de semana en cuarentena. Así que, para poder visitar estos lugares y moverse con libertad en ellos mientras otros se quedan encerrados en la casa, es necesario contar con el denominado Pase de Movilidad (si no lo has sacado y deseas obtenerlo, puedes hacerlo aquí).

El problema es que, a pesar de contar con los requisitos para obtener el “beneficio” —haber cumplido con el esquema completo de vacunación contra el covid-19—, hay quienes aún se encuentran “inhabilitados” en el sistema YoMeVacuno, y por lo tanto están privados de algunos derechos, como realizar viajes interregionales desde y hacia distintas comunas, independiente de su fase.

Los principales damnificados

Fue hace alrededor de un mes cuando el Gobierno anunció que las personas menores de 45 años que fueron vacunadas con la primera dosis de AstraZeneca serían inoculados en segunda instancia con la del laboratorio Pfizer/BioNtech, completando así un esquema de vacunación “heterólogo”.

La medida, de carácter preventivo, se tomó tras el caso de un hombre que sufrió principios de trombosis tras recibir la segunda dosis de AstraZeneca. Algo que se repitió en otros países, según también se constata en un documento elaborado por la Subsecretaría de Salud Pública, titulado “Esquema Heterólogo AstraZeneca/Pfizer para completar vacunación de menores de 45 años que recibieron 1ª dosis de AstraZeneca”.

“Desde mediados de marzo de 2021″, dice el reporte, “la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha ido comunicando el análisis de los casos de trombos cerebrales (trombosis del seno venoso cerebral, CVST) y abdominales (trombosis de la vena esplácnica) (...) que se presentan posterior a la vacunación con ChAdOx1-S (nombre que recibe la fórmula de AstraZeneca)”.

Tras la decisión del Ministerio de Salud, no tardaron en aparecer estudios internacionales que respaldaron la combinación de vacunas, asegurando, incluso, que hacerlo mejora sustancialmente la inmunidad, aun cuando pasaran 45 semanas entre una dosis y otra.

“Esto debería ser una noticia tranquilizadora para los países con menos suministros de vacunas, que pueden estar preocupados por los retrasos en la obtención de segundas dosis”, dijo entonces el director del Oxford Vaccine Group, Andrew Pollard.

De esta manera, las autoridades dieron una solución medianamente rápida al problema. Sin embargo, nada hacía presagiar con que no tardaría en aparecer otra complicación: transcurridos los 14 días desde la inoculación de la segunda dosis, muchos de quienes recibieron la combinación de vacunas AstraZeneca y Pfizer aparecen inhabilitados para la obtención del pase de movilidad.

Error de registro

Fui uno de los afectados y debo decir que temía que esto podría ocurrir. No porque sea particularmente un genio —aunque mi madre insista en ello— sino porque, al revisar mi registro en mevacuno.gob.cl, me aparecía que tanto la inyección que recibí de AstraZeneca como la de Pfizer correspondían ambas a primeras dosis y que por lo tanto seguía pendiente de recibir la segunda.

Quizá pude haber hecho “la gran director de clínica privada” y recibir no dos, no tres, sino cuatro dosis. Muy vivo o muy retonto, eso queda para la discusión de bar, pero no lo hice y en cambio puse mi reclamo en el mismo sitio, donde se encuentra disponible un formulario de consulta con un cuadro de texto de un máximo de 100 caracteres. Si no tienen poder de síntesis, pónganse a practicar. Quizá Twitter sí servía de algo, después de todo.

La respuesta llegó unos cinco días después de enviada la consulta. En ella, la Mesa de Ayuda de la Subsecretaría de Redes Asistenciales del Minsal señala que, si se presentan problemas de registro de las vacunas, cabe dirigirse al establecimiento de vacunación en el que se recibió la segunda dosis, pues es posible que existiera un error en el registro del sistema oficial.

¿Tan simple?

Me dirigí a mi centro de vacunación, un gimnasio comunal que se había adecuado para funcionar como centro vacunatorio pero que, en esos momentos, se encontraba inhabilitado. De todas maneras, una de las funcionarias del lugar supo orientarme rápido en la solución a mi problema, pues no dudó en decirme que fuera directo al consultorio, “donde están viendo esos temas”.

Caminé el par de cuadras que separaban un lugar de otro y me presenté ante el guardia, que me preguntó amablemente a qué iba. Me indicó por dónde debía pasar. Allí me encontré con una pequeña fila, si es que a la concentración de tres personas se le puede llamar de esa forma. Cuando llegó mi turno, pasé a un cuarto en el que una enfermera se encontraba sentada frente a un computador. Tras decirle por qué me encontraba allí, solicitó mi carnet y realizó la búsqueda de mi nombre en el registro. Es bueno, para ese momento, recordar la fecha exacta en que se recibió la segunda dosis, porque apura bastante esta etapa del procedimiento que, de todas maneras, no demoró en mi caso más de cinco minutos. De hecho, lo más lento fue encontrar mi nombre en el sistema.

Hecha la corrección manual en el registro, la persona a cargo debe entregar un certificado que acredite la fecha de inoculación de las dos dosis, y que debe ir firmado por ella y timbrado por el establecimiento. El documento sirve temporalmente, durante los días que puede demorar la actualización del sistema de registro oficial, y puede ser presentado como respaldo en caso de que sea solicitado el pase de movilidad durante una fiscalización.

Tan simple como eso. Aunque cabe preguntarse por soluciones que no requieran la asistencia de las personas afectadas a los establecimientos de vacunación, sobre todo en caso de individuos con movilidad reducida u otros problemas. El tema, al menos, tiene solución.