Hace sólo un par de años atrás el análisis del sector Retail consistía principalmente en observar el crecimiento del número de tiendas y la venta por metro cuadrado, siempre con un fuerte énfasis en la rentabilidad, donde las compañías más eficientes tenían un premio en valorización respecto a aquellas que crecían de manera menos rentable.

En la actualidad, producto del auge del e-commerce, han surgido una serie de nuevas métricas, como "Gross Merchandise Value" (GMV), que mide el total de ventas realizadas dentro de un "market-place" o mercado virtual sin distinción de si son productos propios o de terceros, o el "total payment volume" (TPV), que se refiere al valor de las transacciones pagadas a través del sistema de pago propio.

Estas métricas no resultan tan familiares ni suenan tan importantes, pero a nivel global son críticas a la hora de evaluar el desempeño del negocio. De hecho, aquellas compañías que presentan mayor crecimiento a través de canales digitales están siendo valoradas con significativos premios respecto a las que se mantienen en exclusiva en canales físicos, debido a que el crecimiento en los digitales es exponencial, mientras que la tienda física es cada vez menos relevante. Por ejemplo, empresas exclusivas de e-commerce como Amazon, Alibaba, y Mercado Libre se encuentran transando a múltiplos Precio/Utilidad por sobre las 50x, comparado con las 15x a 20x P/U del Retail tradicional.

El foco hoy está puesto únicamente en crecimiento, aun cuando algunas de estas empresas puedan no ser rentables o presenten pérdidas, debido a que el mercado asume que en algún momento ese crecimiento exponencial que están mostrando podrá ser rentabilizado. Un buen ejemplo de esto es Mercado Libre, que transa consistentemente sobre 50x promedio Forward, a pesar de haber registrado pérdidas en 2018. La irrupción del comercio electrónico está obligando a las empresas locales a rediseñar sus estrategias, tratando de migrar hacia canales digitales para no quedarse fuera de todo este crecimiento que está viviendo el comercio electrónico.

Sin embargo, toda esta transición no es gratis y en la mayoría de los casos involucra importantes inversiones tanto en medios digitales, como en logística y automatización, que son parte esencial de entregar un buen servicio al cliente que compra por internet. En nuestra opinión, la mayoría de las compañías ha entendido hacia dónde va el crecimiento del sector, pero es probable que no todas estén preparadas financieramente para realizar esa transición de forma rentable.