Preocupaciones empresariales

Vistas Santiago

Las expectativas iniciales respecto a la recuperación económica no son suficientes.


Las cifras de crecimiento del mes de septiembre nos recordaron que la capacidad de crecimiento de la economía chilena no está garantizada. Es cierto que hay fenómenos estadísticos que ayudan a explicar un crecimiento interanual discreto de 2,3% -el más bajo del año- y también que no es aconsejable sacar conclusiones con la información de un solo mes. Lo preocupante es que casi toda la información de tendencia anticipa que la economía chilena comienza un proceso de desaceleración.

Esta decepción creciente con los datos económicos se vio reflejada en el informe de Percepción de Negocios que publicó el Banco Central. Los encuestados -hombres de negocios de todas partes de país- afirmaron "que los resultados han estado por debajo de lo esperado, pues los márgenes siguen estrechos". Además, algunos reconocieron "que las expectativas de recuperación estaban sobredimensionadas" o se manifestaron preocupados por la escasa apertura de nuevos proyectos de inversión y el retraso o revisión de los que ya están en marcha.

Tanto las cifras efectivas como la percepción empresarial y ciudadana revelan que las expectativas iniciales respecto a la recuperación económica no son suficientes. La administración actual recibió un claro mandato en las urnas, en respuesta a la promesa de mejorar las condiciones económicas a través de la reversión de las principales causas internas que ocasionaron el peor desempeño económico en décadas: la reforma tributaria y laboral. Está latente la tentación política de avanzar en proyectos de ley con réditos de popularidad en el corto plazo, pero postergando los proyectos de fondo, los que además de sentar las bases para la recuperación económica permitirán mejores indicadores de aprobación en el futuro.

Es urgente que el capital político acumulado por esta administración se invierta en iniciativas que busquen apuntalar la economía, mejorar la inversión y la creación de empleos. De lo contrario, existe el alto riesgo de un enfriamiento sincronizado entre los indicadores económicos y la popularidad de la coalición gobernante.

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