Carlos Remigio Cardoen Cornejo descansa a tiempo completo desde hace un mes y 22 días en su casa en el fundo El Boldal, ubicado en Santa Cruz, Sexta Región. Pero por obligación. El ministro de la Corte Suprema Carlos Aránguiz ordenó, el 16 de abril, su arresto domiciliario total, mientras tramita la solicitud de detención con fines de extradición enviada por Estados Unidos el 22 de marzo.

En sus 54 días de reclusión, Cardoen se ha dedicado a ordenar su biblioteca y, según familiares, ha aprovechado, además, de trabajar en sus memorias, proyecto que comenzó hace unos cuatro años y en el que ha contado con la colaboración de un periodista.

Los libros no han sido su única preocupación. En la mente de Cardoen está lo que será el futuro Museo del Vino de Santa Cruz. El proyecto se pretende inaugurar entre septiembre y octubre de este año, y en la familia Cardoen presumen de que será el museo más grande de Latinoamérica dedicado al mundo vitivinícola.

La petición de extradición de Estados Unidos de remonta a mayo de 1993, cuando el gobierno de ese país -vía su Departamento de Comercio y el Servicio de Aduanas- presentó una denuncia contra Cardoen por exportación ilegal de circonio, imputando ocho infracciones aduaneras. El mineral es una sustancia estratégica para la fabricación de bombas de racimo, las cuales eran vendidas a Irak en tiempos de Saddam Hussein.

Cardoen tiene una alerta roja levantada por la Interpol hace 26 años. Según un oficio de la PDI enviado a la Corte Suprema, la última vez que el empresario viajó fuera de Chile fue el 14 de enero de 1996 en un viaje con destino a Cuba. A sus 77 años, el empresario ha transmitido que, aunque gane el juicio de extradición y se levante la alerta roja, difícilmente volverá a viajar al extranjero, ya que el riesgo es demasiado alto: Estados Unidos podría intentar activar una nueva alerta roja para su detención. "Está resignado a permanecer en Chile el resto de sus días", dice un cercano al empresario.

A solo una semana de que se venza el plazo para que EE.UU. envíe formalmente la solicitud de extradición, Cardoen también ha aprovechado su encierro obligado a preparar su defensa. Esta semana, por ejemplo, recibió en su fundo a su abogada, la penalista Joanna Heskia, para afinar los últimos detalles de lo que será su juicio. Cardoen pidió modificar el arresto total solo por una reclusión domiciliaria nocturna, pero EE.UU., que es representado por Alfredo Etcheberry y René García, se opuso y Aránguiz denegó la petición.

Durante dos décadas Cardoen ha criticado que EE.UU. no haya solicitado formalmente su extradición. "Llevo más de 25 años esperando este día. Llevo todo ese tiempo siendo atacado sin poder defenderme. Llegó el momento de dar la pelea", dijo el empresario en marzo a La Tercera.