En una Navidad, bien chica, le quité una pelota a mi hermano. Cuando mi papá lo llevaba a entrenar a los cadetes de Colo Colo y Santiago Morning, yo lo iba a ver y me contaban que me entretenía mucho, que me gustaba la pelota. Siempre estuve ligada al deporte y, en particular, al fútbol. Todos los fines de semana y los ratos en los que no estaba en el colegio iba donde mi tía y jugaba con mi primo y sus amigos en el pasaje. Las canchas eran dos árboles, jugábamos con los bordes de las casas y la pelota no salía nunca. A los siete años jugaba todo el día.

Había papás que no dejaban a sus hijas jugar conmigo, porque yo era "ahombrada". Les decían que no era femenina y que jugaba juegos de niños. Me sentía mal, pero sabía que jugando a la pelota me divertía y para mi familia era algo natural. A mi tía, que fue como mi segunda mamá, y a mi primo, les encantaba que yo jugara. Siempre me defendían. Más grande me di cuenta de que eran los papás los que inculcaban a los niños la discriminación.

Soy muy antichuncho, incluso una vez le dije a mi papá que nunca podría jugar en la "U". Pero el 2016, después de jugar en Católica, Audax y Santiago Morning, llegué igual. No ha sido problema, porque veo el fútbol como un tema pseudoprofesional, me da lo mismo la camiseta del equipo: voy a jugar igual en cualquier parte. Y el equipo femenino de la "U" me encanta, me han tratado muy bien. Son preocupados, muy atentos, sobre todo la gente que trabaja con nosotras: las kinesiólogas, la dirigencia del fútbol joven, mi entrenador y el preparador físico.

Los que se hacen llamar comentaristas deportivos desconocen harto el fútbol femenino. Entiendo que la gente tenga referentes y es común que nos comparen, pero sería mejor si lo hicieran con nuestras homólogas femeninas de otros lados, de las ligas más importantes. A mí no me gusta que nos comparen con los jugadores de la selección. Eso igual habla mal de los mismos medios.

Lo que me gusta a mí es la Física, en eso me veo de acá a 10 años más. Quiero jugar fútbol hasta los 35 años y después ejercer lo que estudié. Me gustaría ser mamá no tan vieja y sé que las piernas me darán hasta esa edad para competir bien. No voy a dejar de jugar fútbol nunca, pero sé que hay que dedicarse después a otra cosa. Me gusta investigar y ver la posibilidad de publicar esas investigaciones.

El gobierno de Michelle Bachelet se portó súper bien con nosotras. Nos abrió las puertas de todos los ministerios. Como estamos al alero de la federación, igual es difícil buscar ayuda, pero el Ministerio de la Mujer nos ayudó a concientizar a la sociedad, a los clubes y a la misma federación. El trabajo que tenemos que hacer con este gobierno sería empezar por lo mismo: que nos conozcan, que sepan lo que queremos hacer. Espero que se abran las puertas como pasó anteriormente.

Mi candidata era Beatriz Sánchez. Soy más de izquierda, y me gustaban mucho las propuestas que ella ofrecía en temas de la mujer. En la Copa América, cuando nos reunimos con la federación y preguntamos por qué no se iba a cobrar la entrada en los estadios, nos dijeron que la ganancia no iba a ser mucha. No sé si ahora pensarán lo mismo con los estadios llenos que tuvimos.

Estoy a favor del aborto libre. Uno tiene derecho a decidir sobre su cuerpo, no creo que con unas semanas de embarazo yo esté matando a una vida. No le creo a la gente que dice esas cosas. Es ilógico: dicen que le salvemos la vida a un feto, pero no nos preocupamos de los niños y de los jóvenes vulnerados.

Con Piñera no sé si vengan tiempos buenos para los estudiantes. Estoy en contra de que hayan bajado la reforma del lucro de las universidades. La educación debería ser gratuita. Tampoco me gusta la forma de postular a la universidad. Con las señales que ha dado este gobierno, va a ser un año movido. Entiendo que ven la educación como un negocio, pero es material humano, es el futuro de la gente.