Lionel Messi vive con todo la Copa América de Brasil 2021. El atacante argentino está una vez más a un partido de consagrarse con su selección, algo que se le ha negado en los últimos años y que lo tiene con una deuda pendiente que espera saldar en esta edición del campeonato. La Pulga asume que se juega una de las últimas posibilidades de trascender con la selección de su país. Hasta ahora, los títulos se le han negado. En la Copa América, el recuerdo más fresco son las finales perdidas ante Chile. En el Mundial de 2014, la amargura corrió por cuenta de Alemania, que impidió que la Albiceleste se quedara con el título. Cuatro años después, otra decepción. Y más críticas.
La estrella del Barcelona parece dispuesto a cualquier cosa por inscribirse en la historia. Incluso a cambiar su esencia. El talento lo tiene. Le sobra. Cada vez que el balón llega a sus pies, se activan las alarmas de una jugada de riesgo y llena de recursos. Lo que le faltaba era lo otro: la sangre, la actitud y las ganas. Es lo que le reclamaban en su país. Y es, en definitiva, el elemento que lo acerca a la principal referencia que tiene por encima, a la valla que le falta por saltar: el indeleble recuerdo de Diego Maradona.
El Messi maradoniano es, en rigor, una nueva imagen de sí mismo. Crea opciones de peligro, marca goles y entrega asistencias. Hasta ahí, nada distinto a lo que hace semana a semana con la camiseta del Barcelona. Pero también canta el himno trasandino, arenga a sus compañeros, se pelea con los rivales y es capaz hasta de jugar con un tobillo ensangrentado, una marca que le quedó en pleno segundo tiempo cuando fue a disputar un balón con el colombiano Frank Fabra y sacó la peor parte. Se paró, se recuperó y siguió jugando. Fue inevitable retrotraerse a la imagen de Maradona en el Mundial de 1990, también víctima del maltrato de los rivales.
Un Messi más sudamericano
La Copa América de Brasil deja la imagen de un Messi más sudamericano para afrontar los partidos. Que grita, que alienta a los suyos y que es capaz de romper sus propios moldes, más cercanos a la buena crianza dentro del campo. “¡Bailá ahora!”, le gritó a Yerry Mina después de que el remate del colombiano fuera contenido por Emiliano Martínez en plena definición por penales. También afloró el líder. Como cuando fue al borde del círculo central a encontrar a Rodrigo De Paul, quien falló su lanzamiento en la definición.
Lío puso todo de su parte. Virtuosismo, como en la jugada previa al gol de Lautaro Martínez. Y actitud, en los momentos en que la situación se complicaba por los problemas que planteaba la escuadra de Reinaldo Rueda. Y también vivió un momento de desahogo, cuando, mediante la heroica actuación del arquero Emiliano Martínez, se selló la clasificación. Sentía, seguramente, alivio. La última puerta para entrar en la historia grande del fútbol trasnandino seguía abierta.
En busca del título esquivo
A Messi no le han faltado oportunidades para entregarle títulos a su país. “Lo que más quiero es ganar algo con la Selección”, declaró tras el encuentro con Colombia. Sin embargo, estos siempre le han sido esquivos. En su primer Mundial, en Alemania 2006, la Albiceleste solo llegó a los cuartos de final, lo mismo que ocurrió en Sudáfrica.
La instancia más cercana a la consagración en una Copa del Mundo fue en Brasil 2014. Sin embargo, el trofeo quedó en manos de Alemania con el gol de Mario Götze en el minuto 113′ del tiempo suplementario.
En el plano de las Copas América, la primera disputada por Lio fue la de Venezuela 2007. Allí se encontraron en la final contra Brasil, cayendo de forma inapelable por 3-0 en la final.
Las siguientes dos finales que alcanzó la Albiceleste fueron las de Chile 2015 y la Centenario 2016, terminando en ambas competencias como subcampeones tras caer en la definición a penales en esas dos oportunidades contra Chile, dejándolo con una deuda pendiente que ahora tiene la opción de pagar en Brasil.
En el Mundial de Rusia, con Sampaoli en la banca, Argentina se fue en los octavos de final, tras perder ante Francia. En la Copa América de 2019, se tuvo que conformar con el tercer puesto, ante Chile.
Dichas campañas con la Selección están lejos del palmarés que ha conseguido el 10 argentino en España junto al Barcelona.
Junto a los azulgranas Messi ostenta un palmarés que incluye 10 ligas nacionales, siete Copas del Rey, ocho Supercopas de España, cuatro Champions League, tres Supercopa de Europa y tres Mundiales de Clubes.
La final que enfrentó a Messi y Neymar
Ahora, en la final de este sábado, Neymar y Messi vivirán el duelo que tanto esperaban. Después de que Brasil clasificara a la final, el 10 del Scratch manifestó que quería a la Albiceleste en el último duelo de la Copa. “Quiero a Argentina, estoy apoyando a Argentina, tengo amigos allí. Luego en la final será Brasil”, declaró el atacante del PSG.
“Yo sé que él quería que yo esté en la final porque es un amigo”, reconoció por su parte Messi tras superar a Colombia.
De esta forma, ambos jugadores volverán a encontrarse en una final. La primera fue en el Mundial de Clubes de 2011 en Japón. El brasileño llegó representando a Santos, mientras que Messi lo hacía con los colores del Barcelona.
Bajo la dirección técnica de Josep Guardiola, los azulgranas que venían de ganar la Champions League al Manchester United derrotaron por 4-0 a los brasileños. De hecho, el primero y el último gol de ese partido fueron marcados por el transandino.
Ahora no queda nada más que preparar el último partido. El estadio Maracaná será el recinto que recibirá una nueva final en donde todos los argentinos tienen puesta la fe en su jugador estrella. El escenario perfecto para acabar con 28 años sin levantar copas y darle a Messi el título que tantas veces se le ha escapado de las manos.